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Los Reyes Magos y Santa Claus

De pequeños solíamos pedir nuestros regalos a Los Reyes Magos y Santa Claus, y esperámos los juguetes que nos traerían el 25 de diciembre y el 6 de enero con mucha ilusión.

Ya a finales del mes de noviembre y a principios y durante todo el mes de diciembre, ya más o menos sabias cuales eran los juguetes que le ibas a pedir a los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltazar, pues ya lo habías pensado muy bien en todos estos días.

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Avenida Juárez, diciembre de 1963.

Entonces te portabas bien, comías súper bien, obedecías en todo a papá y a mamá, hacías tu tarea a tiempo, y tratabas de no hacerlos enojar, para que vieran los reyes magos que eras una excelente persona.

Ah, porque de no ser así, te decían tus papás: “Pórtate bien o no te traen nada, obedece porque te están viendo”, y después también te decían: “come porque si no vienen los reyes y se llevan tus juguetes”.

Era todo un ritual aquella noche del 5 de enero, antes de irte a dormir; ese día era eterno, pensabas y pensabas lo que sucedería en la noche, aseabas perfectamente tus zapatos, ya que era costumbre ponerlos junto con la carta debajo del árbol de Navidad, otros lo hacían a la entrada y otros más en la ventana.

La redacción de la carta era con una gran bienvenida hacia los reyes magos, antes de pedir lo que tenías que pedir, que eran tus juguetes.

Cabe mencionar que dicha carta, tenía como encabezado siempre una frase, o al menos en la mayoría de los casos: Queridos Reyes Magos.

Los Reyes Magos y Santa Claus
Dibujo: Pabo Chumbi.

A los Reyes Magos los podíamos ver en la Alameda Central, te podías tomar fotos con ellos, podías platicar con ellos, pedirles ahí mismo, tus juguetes; ellos te respondían y te decían que, si te habías portado bien, te los traerían.

Foto: Fondo Casasola, 1958.

También estaba, aunque en menos cantidad, Santa Claus, aquel gordito simpático, vestido de rojo y con una gran risa.

Estaban los dos, pero a decir verdad, en aquella época eran los tres reyes magos los de la preferencia de los mexicanos, al menos de la clase media en toda su extensión.

Fue la época en la que llegó Santa Claus a México, pero no todo tenían la posibilidad de que fuéramos visitados por él, ya que nos decían que él era para otros, aunque poco a poco fue llegando a más hogares, aunque no tuvieran chimenea en casa.

Ahora, antes de irte a dormir el 5 de enero, piensa en esas noches eternas, donde soñabas con la llegada de los reyes magos y los juguetes que nos pudieran traer. Ahora tal vez sí puedas dormir de corridito, porque ya ves que en la infancia solíamos despertar constantemente, abriendo tímidamente un ojo para ver si ya había amanecido para ir corriendo a ver tus regalos.

¿Tú pedías tus regalos a los Reyes Magos y Santa Claus o solo a unos u otro?

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