Hedoné:
Tu labio superior seduce con su resplandor purpura, caído de las orquídeas y las conchas del Pacifico a tu voluptuosa sonrisa.
A ti, Hedoné, que te he visto bailar sobre el eje de tu cintura, en la tinta policromática se dibuja tu piel con pinceladas de los óleos perdidos del serafín que arde con tu tacto.
A ti que eres pasión y exceso enterrado en el cuenco de tus clavículas; no alejes tu caleidoscópica mirada que al anochecer se vuelve sinestesia y abduce mi cuerpo.
¡Orgia emocional!
De tu cabello rizo se desliza la gota platinada que atraviesa tu columna, posando en las monturas pecosas que desatan mis sentires más procaces.
Y si me aferro a tus tobillos, entregas las alas a la nube que graniza sobre tu ombligo en la tormenta technicolor.
Abril, 2017