La noche en que nació “Satisfaction”

La historia de cómo nació “Satisfaction” está llena de casualidad, talento e inspiración nocturna. Una anécdota que marcó la historia del rock para siempre.

El origen de un riff inmortal

A mitad de la noche, Keith Richards despertó con el riff de “Satisfaction” en la cabeza. Encendió la grabadora y lo plasmó medio dormido; esa fue la noche en que nació uno de los sonidos más icónicos del rock.

The Rolling Stones – “(I Can’t Get No) Satisfaction”, Decca Records / London Records (1965).

No hay nada más representativo en la carrera de The Rolling Stones que “(I Can’t Get No) Satisfaction”, una canción que sigue siendo un himno atemporal y una de las más poderosas de la historia. Hoy es buen momento para darle una pequeña lookingbackeada y celebrar un aniversario más de su creación.

Inspiración en medio de la gira

Era el lejano 1965 y los Rolling Stones se encontraban en su tercera gira por Estados Unidos. Entre concierto y concierto, Richards tenía una idea en mente: un nuevo sonido que no lograba materializar.

El grupo se hospedaba en el hotel Fort Harrison de Florida, y aquella noche, entre sueños, llegó la inspiración. Richards despertó, tomó su guitarra, encendió la grabadora, tocó el riff y volvió a dormir, dejando grabados dos minutos de demo y cuarenta más… de ronquidos.

Keith Richards tocando la guitarra en backstage durante su gira por los Estados Unidos en 1965. Foto: Gered Mankowitz.
Keith Richards tocando la guitarra en backstage durante su gira por los Estados Unidos en 1965. Foto: Gered Mankowitz.

De una cinta a un clásico

Con la grabación lista, el riff fue presentado al resto de la banda. A Mick Jagger le fascinó y enseguida escribió la letra. Richards aún tenía dudas, pero ya había un título tentativo: “(I Can’t Get No) Satisfaction”.

La letra, que critica el consumo y el materialismo de la sociedad estadounidense de los años 60, fue grabada por primera vez el 10 de mayo. En esa versión, Brian Jones tocaba la armónica, pero el resultado no convenció. La canción fue regrabada el 12 de mayo en los estudios RCA de Hollywood, y esa se convirtió en la versión definitiva.

El sencillo salió a la venta el 6 de junio de 1965 bajo el sello London Records, con “The Under-Assistant West Coast Promotion Man” como lado B. Su éxito fue inmediato: el tema alcanzó el número uno del Billboard Hot 100, donde se mantuvo por cuatro semanas consecutivas, otorgando a los Stones su primer disco de oro en Estados Unidos.

El impacto mundial de “Satisfaction”

En el Reino Unido, Decca Records retrasó su lanzamiento hasta el 20 de agosto de 1965, cuando finalmente alcanzó el número uno durante dos semanas. Desde entonces, “Satisfaction” se consolidó como una pieza esencial en la historia del rock.

La canción ha sido reconocida múltiples veces por su revolucionario riff y su mensaje de rebeldía. En distintas décadas, ha sido nombrada entre las mejores canciones de todos los tiempos, destacando por su fuerza y autenticidad. Incluso Mick Jagger reconoció que fue el tema que cambió por completo el destino de la banda, llevándolos de ser un grupo más a convertirse en una leyenda viviente.

Un legado que sigue vibrando

Desde su lanzamiento, “Satisfaction” ha estado presente en casi todos los conciertos de los Stones, apareciendo en álbumes en vivo como Got Live If You Want It!, Still Life o Shine a Light. Su energía, su espíritu inconforme y su sonido inconfundible siguen estremeciendo escenarios y corazones por igual.

Más de medio siglo después, aquel riff que nació entre sueños sigue recordándonos que la verdadera magia ocurre cuando el arte y la pasión se encuentran sin planearlo. “Satisfaction” no fue solo una canción: fue una revolución sonora que aún late con fuerza en la memoria colectiva del rock.

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