Como cualquier otro ser humano, los personajes destacados de la historia tenían fortalezas y debilidades en su carácter, que de alguna manera, los orilló a ciertas adicciones.
Aquí hay una lista de algunas personas famosas de la historia que no eran inmunes a los vicios.
Sigmund Freud
El padre del psicoanálisis solía usar cocaína con bastante frecuencia. Ni siquiera pensó que la cocaína era un hábito. Con el tiempo, un compañero le señaló lo adictivo que puede ser, y Freud se dio cuenta de que tenía razón.
Sin embargo, se dice que Freud no usaba cocaína de manera recreativa, sino que estaba estudiando sus valores médicos. Él creía que hacía maravillas y durante 12 años lo consumió para arreglar algunos de sus propios dolores. Esperaba que esta fuera la clave que estaba buscando, pero finalmente descubrió que este no sería el caso. Lamentablemente la cocaína es adictiva y no curativa.
Vincent van Gogh
Se dice que el famoso pintor era alcohólico, en especial era adicto a la absenta -licor de esencia de ajenjo y otras hierbas aromáticas-. Gran parte de la teoría sobre su problema con la bebida proviene de su obra de arte. Por ejemplo, el Museo Van Gogh en Ámsterdam muestra una pintura al óleo de van Gogh con una copa de ajenjo sobre una mesa.
No todas las obras de arte son tan obvias. Los críticos de arte analizan otras obras para leer la personalidad y los temores de van Gogh. Las pinturas que muestran a las personas socializando en los bares y en los cafés supuestamente sugieren su temor a la soledad y su deseo de ser incluidos en entornos sociales. Estos son factores por los que recurrió al alcohol, pero mucho de eso es solo especulación.
Billie Holiday
Considerada una de las mejores cantantes de jazz de la historia. A lo largo de su vida, luchó contra la pobreza y fue arrestada por prostitución y consumo de drogas. Era adicta al alcohol y la heroína, y ambos la metieron en problemas importantes, especialmente hacia el final de su vida. Murió a la edad de 44 años en el hospital, donde estuvo bajo arresto por posesión de drogas.
Poco después de alcanzar la cima de su fama, a finales de la década de 1930 y tras enterarse de la muerte de su madre, su uso de heroína empeoró mucho más. Había estado usando el dinero que ganaba en su carrera musical para comprar drogas, y estaba tan mal que intentó entrar a rehabilitación para acabar con la adicción. Sin embargo, siguió abusando del alcohol y nunca logró el control total de su adicción.
Scott Fitzgerald
El famoso autor de “El Gran Gatsby” produjo innumerables textos y a la par bebió mucho. Bebió cuando estaba decepcionado, y bebió cuando estaba feliz. No importaba la ocasión, porque Fitzgerald creía que el alcohol solo intensificaba las emociones actuales; probablemente usó el alcohol como una forma de sentirse especialmente bien o de ahogar los sentimientos que despreciaba. El licor de su predilección era la ginebra.
William Shakespeare
Uno de los dramaturgos más famosos de todos los tiempos. En una excavación en los jardines de lo que fue su casa en Stratford (Inglaterra), encontraron restos de cocaína y marihuana en una pipa en la que el dramaturgo solía fumar. Algunos expertos aseguran que el autor menciona la cocaína en sus escritos.
Aldous Huxley
Escritor británico, autor de “Un mundo feliz”, clásico de la literatura del siglo pasado. Sentía simpatía por lo místico y la parapsicología, los cuales estuvieron muy presente en varios de sus libros. Además, se inició en el consumo de drogas psicódelicas. Solía consumir LSD, psilocibina o mescalina, las cuales le inspiraron para escribir ensayos como “Drogas que moldean la mente de los hombres”, publicado en The Saturday Evening Post.
Aunque Huxley siempre defendió que su consumo era por mero interés científico, lo cierto es que su dependencia de la droga era visible tanto en su vida privada como en su obra. En su lecho de muerte, el escritor solicitó a su mujer que le inyectara 100 microgramos de LSD.
