Con solo 17 años de edad, Mike Oldfield compuso una verdadera obra maestra, el álbum “Tubular Bells”, lanzado en 1973.
Wiliam Peter Blatty escribió la novela de terror “El Exorcista”, publicada en 1971 inspirada en un exorcismo real efectuado en 1949 dado a conocer por el diario The Washington Post. Posteriormente, en 1973 William Friedkin dirigiría una película con el mismo nombre, basada en la novela y el guión escrito también por Peter Blatty.
A pesar de la brillante dirección de Friedkin, el guión de Blatty, actuaciones de Ellen Burstyn, Jason Miller, Linda Blair, la fotografía inhóspita y terrorífica a cargo de Owen Roizman, de la dirección artística a cargo de Bill Malley y Herry Wunderlich, todos ellos con nominaciones al Oscar, así como a los Globos de Oro en 1974, incluyendo en la categoría de mejor actor de reparto a Max Von Sydow y como película ganadora en los premios Saturn de ese año en categoría de mejor Película de terror.
Queda en deuda que no se haya tomado en cuenta la música utilizada para crear la atmósfera perturbadora y diabólica de la cual, hasta la fecha, todos seguimos consternados y pasmados por las escenas acompañadas de desgarradoras notas.
En un principio la música de ”El Exorcista” se había encargado a Lalo Schifrin, éste fue rechazado debido a sus extremas exigencias para componer la música de la película, en su lugar, el director de la cinta utilizó como parte de la película los siguientes fragmentos musicales que por una parte, consolidaron un imperio discográfico, y por otro lado exploraron la música experimental y violenta.
El director William Friedkin decidió utilizar el álbum debut de un joven y desconocido Mike Oldfield que en mayo de 1973, justo el año a estrenarse la cinta, había editado Tubular Bells bajo el sello de Virgin Records (como dato curioso, fue este álbum que ayudó al sello discográfico de Richard Branson a convertirse en el imperio que es hoy) Tubular Bells es un trabajo puramente instrumental y que se compone de dos partes, cada una de 20 minutos, originalmente lanzado en Vinyl.
Se podría considerar que la película de ”El Exorcista” creó un fenómeno cultural en torno a él, y gracias a eso, las ventas de Tubular Bells se dispararon considerablemente, tanto que a la par con la cinta de terror, el álbum se convirtió en un éxito mundial en 1974 logrando el número 1 en Reino Unido, Australia y Canadá, número 3 en las listas de Billboard, colocándose como el tercer álbum más vendido de toda la década de los años 70.
“Tubular Bells”, Primera parte
Se utilizaron varios fragmentos en la película de la primera parte del disco, indiscutiblemente, el más representativo para toda la cinta, a pesar que solo aparece unos minutos, presente desde el inicio en el tráiler oficial, por lo que al sonar ese característico sonido entre aterrador y provocador, lo asocias a ”El Exorcista” aunque sepas ahora que se trata del álbum de Mike Oldfield. Por si lo desconocías anteriormente.
Se compone de distintos instrumentos que fueron tocados por el propio Oldfield en el estudio de Virgin Records. La primera parte del disco es sublime, eleva la música instrumental a niveles de experimentación y dota a los instrumentos elegidos en siniestros danzantes que susurran voces cautivantes e intrépidas. Simplemente, una obra monumental.
“Tubular Bells”, Segunda parte
La segunda parte más armónica y lenta. Pero no por ello menos espectacular, contrasta muy bien con la primera parte, pudiendo se elegida como banda sonora en cualquier otra cinta, aunque sonaría muy bien en cualquier juego de la Saga Final Fantasy, es uno de esos álbumes que puedes poner de fondo en modo ”repeat” y te sumerges en un hedonismo musical que cautiva e hipnotiza tu sentido en un ambiente de profundidad y sonoridad deliciosa.
Dentro de la segunda parte hay una sección particular, en la que Oldfield incluye un set de percusiones, aunque notoriamente más alejado de lo que planteaba inicialmente, se apega a los sonidos experimentales, con bajo y batería, tocando todos los instrumentos nuevamente. La voz que se escucha a partir del minuto 12 es la voz de Mike Oldfield como protesta burlona, cuando el Ingeniero de Sonido de Virgin Records le exigió que terminara el disco y le incluyera letra a la música, dicho a través de Richard Branson, entonces Mike Oldfield se embriagó y pidió que lo grabaran intoxicado mientras cantaba frente al micrófono.
Además William Friedkin, utilizó composiciones de Krzysztof Penderecki, director y compositor Polaco, como una obertura orquestal de 10 minutos ejecutada en 1961 denominada ”Polymorphia” para 48 instrumentos de cuerda. Así como porciones del Concierto para chelo de 1971.
Incluyó una composición de George Crumb, un compositor estadounidense reconocido por sus melodías que exploran timbres inusuales, notas alternativas y técnicas instumentales de vocales extendidas, de quien tomó una denominada ”Night Of The Electric Insect” contenida en ”Black Angels, Pt 1, Departure I, Threndory. Una sinfonía perturbadora, mágica y desquiciante. Que se conjuga de manera muy natural con ”Tubular Bells” pero con una fuerza armónica más vibrante y enérgica, va más allá de buscar un acompasado acorde si no con la intención de provocar una reacción brutal.
Algo que hizo muy bien en provocar esa reacción con el lenguaje cinematográfico de ”El Exorcista” y sostenido por las notas aterradoras de ”Tubular Bells” y George Crumb, que hoy simplemente, hablar de ”El Exorcista” es mencionar esa apertura de la primera parte del álbum de 1973 de Mike Oldfield.