El día de la mujer también se celebra, también se felicita… se celebra el legado de la lucha de esas valientes, ese legado que son nuestros derechos y se felicita a aquellas mujeres que, con cada acto valiente para alzar la voz en pro de la equidad, garantizan que los derechos que existen sean respetados, que trabajan en garantizar otros derechos y que jamás debemos olvidar nuestras responsabilidades para con la comunidad.
Sí, se celebra la historia político integral que dio inicio a la transformación de las leyes que garantizan derechos y libertades a todo nivel. Se felicita a Olimpia de Gouges, Mary Wollstonecraft, Flora Tristan, Elizabeth Cady Stanton, Emmeline Pankhurst, Carolina Muzzilli, María Eva Duarte Perón y a muchas otras, por ser no solo las impulsoras de todo un movimiento social que redefinió a toda una sociedad, sino que también se convirtieron en inspiración de nuevas generaciones que luchan día a día por aquellas personas que le son vulnerados sus derechos en cualquier parte del mundo.
El día de la mujer es un recordatorio de la siguiente frase muy vista en nuestras leyes: “Todos somos iguales ante la ley”, y por tanto la ley no debe ser para privilegios.
Estas mujeres precursoras que rompieron paradigmas, dando lugar a la antesala a la vindicación de la mujer, lo que menos querían eran radicalismos o militancias cuyas ideologías desdibujan este movimiento.
El hijo no querido de la ilustración se incorpora en el vocabulario internacional de la contracultura, marcando para siempre el destino de la humanidad.
Esa herencia que se traduce a ‘fuerza oratoria, persistencia; capacidad de movilización y entereza’; no puede ser manchada, ni boicoteada con ideologías que van en contra de los que el feminismo en su comienzo buscaba. No es un símbolo, un color o el extermino de un género, lo que representa al feminismo. Lo que lo representa son las vertientes intelectuales multidisciplinarias que buscan equidad y justicia para todos.
