Hablar de la música de Gustavo Cerati ha sido, es y será siempre un placer; no es por nada, pero es uno de los artistas que dejó un legado enorme en la escena artística.
La curiosidad y la capacidad creativa de este hombre, hace que su trabajo sea admirable y retomo las palabras de uno de sus seguidores: “uno de los mejores poetas del siglo XX, que el siglo XXI llegó a conocer”.
“Bocanada”
En esta ocasión hablaremos un poco sobre su álbum “Bocanada”, que el 28 de junio cumple años; más dos décadas que no se notan, porque su sonido es fresco, pareciese que lo hubiera creado a futuro, un sonido que no satura pero que envuelve.
Tabú, Engaña, Verbo Carne, Bocanada, Puente, Raíz, Perdonar es Divino, Alma, Balsa… este disco es un Paseo que no tiene nada de inmoral.
Toma una vía interesante absorbiendo sonidos electrónicos, jugando con los samplers, bocetos y cantidades de muestras que guardaba como en una especie de banco en su computadora.
Casa Submarina (el sótano de su casa) se convirtió en un laboratorio de música donde las nuevas ideas de la mente del genio estaban a la orden del día: “allí tomaba parte de canciones y las deformaba cambiándoles el tempo y estirándolas hasta encontrar nuevas ideas, gérmenes de temas que lo llevaban a lugares inesperados”.
Entendía a la perfección lo que es la música en sí, lo que es evolucionar, inventar y reinventarse; comprender que ser ambicioso artísticamente es ser inteligente y que no se debe dejar nada al azar.
La época solista de Gustavo deja ver en todo su esplendor al artista que vive el arte y es en este disco donde profundiza este nuevo capítulo en su historia. Bocanada es una bocanada donde demuestra que cuando los sonidos saben mutar, la excelencia se vuelve en una especie de ‘magia magistral’.