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Los talleres en secundaria

Amados por unos, odiados por otros, todos recordamos los talleres en secundaria, donde hacíamos los trabajos que el maestro nos enseñaba.

¡Hola, hola, hola, amigos! Hoy quiero llevarlos a un viaje en el tiempo hacia esos días maravillosos de la secundaria, donde los talleres eran el pan de cada día. ¿Recuerdan cuando nos juntábamos dos veces por semana durante más de dos horas para convertirnos en verdaderos expertos en carpintería, electricidad, dibujo técnico y cultura de belleza? ¡Eran talleres que nos permitían sacar nuestro lado creativo y habilidades manuales!

En aquellos talleres, las chicas se divertían pintándose las uñas y cortándose el cabello, mientras que otros se iban a corte y confección para crear sus propias faldas, blusas y arreglar sus pantalones rotos. ¡Era una verdadera fiesta de aprendizaje!

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Los talleres en secundaria, ¿tú en cuál estuviste?

Los niños optaban por los talleres de electricidad, dibujo técnico y carpintería.

En el taller de electricidad, aprendíamos cómo hacer que las luces se encendieran, cómo armar circuitos y cómo mantener la seguridad mientras trabajábamos con electricidad. ¡Era fascinante poder crear cosas y ver cómo funcionaban con electricidad!

En el taller de dibujo técnico, aprendíamos a dibujar planos y a utilizar herramientas como compases y escuadras. ¡Parecía que estábamos creando obras de arte con cada dibujo que hacíamos!

En el taller de carpintería, aprendíamos a construir mesas, sillas, armarios y otros muebles, y nos sentíamos como auténticos artesanos mientras trabajábamos con madera y herramientas como sierras y martillos.

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Todo alumno del taller de carpintería hizo un especiero.

Pero el taller que reunía a todos era el de taquimecanografía, donde aprendíamos a usar la máquina de escribir como verdaderos profesionales. ¡Era como jugar un videojuego de hacker en la vida real! Y no importaba si eras zurdo o diestro, todos aprendíamos a usar la máquina de escribir con una habilidad increíble.

Al paso del tiempo, el taller de taquimecanografía dejó de lado la taquicrafía y después se sustituyeron las máquinas de escribir por computadoras.

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El de taquimecanografía era uno de esos talleres en secundaria tanto con niñas como con niños.

Otro de esos talleres en los que tanto chicos como chicas se apuntaban sin pensarlo dos veces era el de cocina, porque ¿a quién no le gusta la comida deliciosa?

Por lo general, en este taller se preparaban postres, pero a veces se aventuraban a hacer platillos más elaborados y sofisticados, y créanme, algunos eran ¡súper gourmet! Había momentos en los que sentíamos que éramos verdaderos chefs, aprendiendo nuevas técnicas culinarias, usando utensilios de cocina que ni sabíamos que existían y creando platos deliciosos que nos hacían agua la boca.

Además, el taller de cocina también era un espacio para compartir experiencias, contar chistes y anécdotas mientras trabajábamos juntos en la preparación de los platillos. Incluso teníamos pequeñas competencias para ver quién hacía el mejor pastel de chocolate o el flan más suave.

Pero lo mejor de todo era que después de todo el esfuerzo y la diversión, podíamos degustar nuestros platos y disfrutarlos juntos. Y créanme, no había nada más satisfactorio que ver las sonrisas en los rostros de nuestros compañeros al probar nuestra comida.

Y así, los tiempos siguieron cambiando y en general los talleres en secundaria también cambiaron para luego desaparecer. En la actualidad, los jóvenes tienen una gran cantidad de clubes en los que pueden desarrollar sus habilidades sociales y su personalidad. Hay clubes de robótica, música, danza, teatro, ajedrez, karate, matemáticas, y hasta capoeira. ¡La diversión nunca se acaba!

A pesar de todo, siempre recordaremos con cariño esos maravillosos talleres en secundaria. ¡Fue una época única, llena de aventuras y aprendizajes que nos dejaron recuerdos imborrables en nuestra mente y corazón! Por eso, es importante que sigamos explorando nuestras habilidades y pasiones, ¡quién sabe qué aventuras y aprendizajes nos esperan en el futuro!

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