Bruce Springsteen no sería la celebridad que es hoy sin su álbum “Born To Run” de 1975. Y más allá de la metáfora o la exquisita poesía radical del músico de Long Branch, “Born To Run” es una epopeya de lo cotidiano narrados por un hombre cotidiano, que en ese momento era un desconocido.
“Born To Run” lanzó a la fama a Springsteen después de dos álbumes de mediana aceptación con su tercer álbum logró consolidarlo y se convirtió rápidamente en un clásico de la historia del rock.
Nacido para triunfar
Cada vez que recomiendo a Bruce Springsteen y a la vez, cuando recomiendo un álbum, no puedo más que referir como primera parada obligatoria, “Born To Run”, que es al mismo tiempo la obra de Springsteen que capta la atención y atrae más fans desde los primeros minutos.
“Born To Run” es una obra maravillosa que explora con un sonido agresivo y una poesía más bien delicada pero agria.
Si en su momento se le comparó con Dylan por sus composiciones de una urbanidad inexplorada, acercándose a los sentimientos más íntimos de sí mismo y de los demás, por su parte Bruce Springsteen es en razón un constructor de historias más puras y directas en un sitio donde todo había surgido como una evasión al realismo.
Líricamente, “Born To Run”, se compone de una magistral narrativa y una extraordinaria fusión entre las guitarras y el piano de Springsteen, algo poco común entonces cuando se hablaba de rock.
Historias dramáticas con poesía cotidiana
Las historias de Bruce Springsteen nacen de la realidad dramática, conquistan la realidad poblada de desgracias y la encumbran en un tono poético sencillo adornada por una complejidad musical y arreglos casi gloriosos.
Su romance familiar es su principal fuerza narrativa, le siguen promesas, amenazas de la noche, el atractivo de la carretera, la búsqueda de oportunidad y que valga el riesgo y el deseo de pagar ese precio. La calle en la noche de una ciudad americana, tan larga y tan rota por amor o miedo. Eso es “Born To Run”.
Se siente esa agresiva dosis de realidad pero más cerca de la dulzura nostálgica, ya sea que lo escuchamos en 1975 en plena crisis marcial de E.E.U.U. con las tropas enviadas a Vietnam.
Se dedica a reconstruir una realidad desecha, aportando a la historia americana una serie de éxitos y fracasos que darían paso a la generación que se relegaba y que emergía en voces como la de Springsteen. Con su epopeya de carretera, emergió para ser la voz de una nueva generación, y todo aquellos sueños, reclamos, amores y ambiciones de la vida cotidiana fueron plasmadas en este disco.
La trascendencia de “Born To Run”
Y es por eso que “Born To Run” se siente tan nuevo, tan emergente, tan distinto a pesar que todo es lo mismo, aun cuando el paso de los años demuestre que la realidad sigue estando tan estancada, es entonces cuando debemos volver a atrás y hacer sonar “Born To Run”, para gritarnos, cuando todos se han callado:
“Los vagabundos como nosotros nacimos para correr”
“Born To Run”, Bruce Springsteen.
El título del álbum contiene una potente frase que lo definió a futuro, logrando de la misma forma evocar esa frase en su libro autobiográfico. Con este tercer álbum determinó el curso de su carrera musical, enfrentando un proceso desesperado de vida aferrado al esfuerzo, y su introducción al álbum “Thunder Road” es una oda a ese esfuerzo.
En su entrevista de 2005 VH1 Storytellers, Springsteen comparte que “Thunder Road” es más que una invitación al álbum, es una invitación a una vida más grande. En sus propias palabras: “La música suena como una invitación. Algo se está abriendo para ti… Lo que esperaba que fuera cuando escribí esta canción es lo que obtuve de la música rock and roll, que es una sensación de una vida más grande, una experiencia más grande, ojalá más y mejor sexo, una sensación de diversión: más diversión, un sentido de exploración personal, tus posibilidades… la idea de que todo está en algún lugar dentro de ti… justo en las afueras de la ciudad”.
https://www.rollingstone.com/music/music-album-reviews/born-to-run-87675/
Bruce Springsteen evoca una serie de narraciones dramáticas, cuentos citadinos sobre el típico obrero americano. Y esa cotidineidad es el sello de Springsteen logrando acedarse más al hombre americano que cualquier fragmento que explore la humanidad con mayor profundidad.
Eso es lo que hace que este músico de Nueva Jersey sea considerado uno de los mayores artistas que revolucionó el rock, con una mezcla de depresión cómica y de sueño americano fragmentándose pero ardiendo por estar presente a pesar de toda esa lucha.
Obra maestra
“Born To Run” ha alcanzado la gloria, pero no glorifica nada, son las historias del álbum que se erigen como las protagonistas independientes de una historia que juega a ser absoluta.
En este álbum hay espacio para las personas llorando, muriendo, hay un lugar entre el que se arriesga y aquel que asume su pérdida como la única opción. Y esa derrota es la que Springsteen confecciona para brindarle al herido, al sobreviviente, al desdichado, al temeroso, como finalmente logran superar sus miedos, pero al final, se convierten en espectadores vencidos por el miedo.
“Thunder Road”, con su emocionante inicio que nos invita a centrarnos más y más.
“Born To Run” que le da nombre al disco y la más sofisticada canción creada, con esa patente necesidad de correr, pero no de huir.
En “Backstreets” una abrumadora marea de sensaciones. Un fragmento conciso y extraordinario que por momentos suena a David Bowie en su más alto nivel de grandeza.
Hay cierta gracia en la derrota, en las aventuras a través de la oscuridad y la pérdida constante de una realidad que siempre se vuelve pesimista.
Así, “Born To Run” puede ser demoledor, anclado a la realidad pesimista con sólidos acordes que parecen estar felices de ser ejecutado en una mortalidad tan fantástica. ¿Quién no se sintiera halagado si fuera escrito como canción por Bruce Springsteen?
La sensación de lágrimas y alegría, debatirse entre las letras tan trágicas con una potente armonía casi hipnótica y salvaje, contrastan, hasta un punto que puedes decir, ¡Ha sido suficiente por hoy! Pero realmente, una vez que escuchas “Born To Run” es imposible deshacerse de la rima y esa trágica voz de Bruce Springsteen que llega en la mortalidad de tu propia herida que se ahonda o una alegría tan deliciosa que se expande.
Así es “Born To Run”, la obra musical y lírica de rock más grande de todos los tiempo. Sin duda, su fortaleza es su supremacía de tiempo y espacio, quedando entre los 500 mejores álbumes de rock de todos los tiempos.