“Powder” es una exploración que enfrenta al hombre a lo desconocido y se interna en la realidad a través de una fábula fantástica y surrealista. Es un acercamiento que intenta ser profundo, aunque adolece de la capacidad de asombro. Es una gran metáfora que brinda al marginado el poder de reivindicarse y retrata a la sociedad moderna.
Sinópsis
Un extraño joven llamado Jeremy Reed (interpretado por Sean Patrick Flanery) cambia la vida de los habitantes de un pueblo rural en Estados Unidos en este drama emocional y místico.
El joven albino, sin pelo en el cuerpo debido a una extraña condición biológica y eléctrica, descubre que tiene poderes cinéticos después de la muerte de su abuelo. Es enviado a una escuela donde sus habilidades lo meten en problemas.
A la vez, un grupo de profesores (interpretados por Jeff Goldblum y Mary Steenburgen) quieren guiarlo para que acepte su condición y aprenda de ella.
¡Mírame, soy único y diferente!
Dirigida por Victor Salva, “Powder” es una película con una premisa bastante interesante, una dirección y fotografía bastante austera, por momentos casi onírica.
“Powder”, aunque no es una cinta maravillosa o sorprendente, retrata muy bien al personaje principal y a la sociedad de la época, dominada por prejuicios.
El guion intenta ofrecer una experiencia orientada hacia el drama romántico adolescente, en lugar de desarrollar la premisa principal de los poderes cinéticos, que era lo más rescatable de la cinta. Sin embargo, la película va más allá y muestra dos premisas.
El director y guionista refleja la idea de que ser diferente no debe ser incómodo, porque como Jeremy Reed (Powder), hay algo asombroso en cada uno de nosotros. Por otra parte, es un retrato rural estadounidense a principios de los noventa, que trata sobre los conflictos raciales, los marginados o los explotados que finalmente tienen su propia voz.
Aunque Salva intenta darle un giro místico, nos pone en la piel de Powder al enfrentarnos a nuestro propio cuerpo y aterrarnos por esa experiencia, sí, la adolescencia.
Aún sin reglas claras de cómo funciona el poder de Jeremy, que pasa de ser una simple experiencia magnética, como la escena de las cucharas, hasta un conducto entre especies, podría haber sido mucho más interesante si Powder hubiera tenido ciertas debilidades en el mundo real al ser conducto de electricidad.
¿Por qué Salva nos tiende esa trampa y caemos en ella?
Pero nada de ello ocurre, Powder es un personaje cuya única debilidad es su condición biológica y su incapacidad para socializar.
Un cuento tenebroso que decae a un drama
Parece que a nadie más le resulta aterrador la idea de que Jeremy Reed tenga la habilidad de utilizar la electricidad sin ningún control.
Roger Ebert demostró en su columna los principales errores de la cinta, volviéndose complaciente, poco clara y con una trama dispersa.
A pesar de las notables deficiencias del guion, persiste la fábula moral entre el oprimido y el opresor, en un drama romántico que carece de fuerza e importancia en la cinta.
La importancia de “Powder” radica en la forma surrealista de explotar el drama social, tomar un relato místico y convertirlo en un cuento de introspección.
Es intrigante la relación de Jeremy Reed con las condiciones en las que desarrolla su personalidad: tímida, consciente de sus diferencias y constantemente confrontado.
Más allá del miedo que produce Reed en su localidad por prejuicios raciales, miedo a lo desconocido o simplemente ignorancia, resulta fascinante el retrato social de los años noventa a través de un breve drama con tintes de ciencia ficción que enaltece las diferencias entre los seres humanos.
Porque principalmente esas diferencias llegan a ser más únicas cuando tienes que aceptar y vivir siendo aceptado por otros.