“Just Before I Go” es la ópera prima de Courteney Cox como directora, conocida en su papel de Monica en la serie cómica “Friends”, lanzada en el año 2014; es una película de comedia y drama que relata las consecuencias del vacío interior, la depresión, la pérdida y cómo pequeñas acciones pueden contribuir a llenar ese vacío y encontrar sentido a la vida.
“Estar solo no es lo mismo que estar vacío, es peor”.
-Just Before I Go
Premisa
Ted Morgan (Seann William Scott, Stifler de “American Pie”) es un hombre deprimido que al sentirse vacío y en deuda consigo mismo, decide suicidarse; pero antes deberá volver a su ciudad natal y arreglar errores de su pasado.
La premisa es simple, pero, no es una historia simplista, ya que envuelve a sus protagonistas en un raudal de emociones a través del duelo y la experiencia de vivir.
Antecedentes
La película fue dirigida por Courteney Cox protagonista de la serie “Friends”, quien interpretaba a Monica; el guion elaborado por David Flebotte, quien elabora un drama existencial con toques de comedia que resultan hilarantes equilibrando el dramatismo emocional y la tristeza del protagonista con un humor fresco y a veces cínico.
Ted Morgan es un cuarentón, soltero, que trabaja en una tienda como empleado, en pocas palabras se considera un perdedor y carga con una ruptura sentimental que sirve también como ruptura entre la felicidad y la infelicidad.
Ted decide regresar a su ciudad natal para reparar las cosas que hizo mal y suicidarse en paz arrojándose al fondo del mar, sin ninguna razón para vivir, deprimido y con un vacío existencial que le impide avanzar en su vida. Se muda a casa de su hermano Lucky Morgan (Garret Dillahunt) quien se desempeña como Policía local, vive con Kathleen Morgan (Kate Walsh) esposa de Lucky y su hijo Zeke Morgan (Kyle Gallinger). De quienes Ted ignora que también conviven con sus propios problemas callando las culpas y el desorden de su familia.
La narrativa lleva a Ted a encontrarse primero con su antigua maestra de primaria Mrs. Lawrence (Beth Grant), en retrospectiva, su tristeza proviene de una infancia incomprendida, abusos, una serie de golpes psicológicos que lo van mermando y concluyen con alejarlo hasta llegar a Los Ángeles.
Su regreso provoca en él mismo una nueva visión de su antigua vida, de los personajes que conoció entonces, hasta su drama actual que sin pensarlo irá modificando cada aspecto de su vida. Su rompimiento lo lleva a replantearse su origen y destino, pues esa ruptura lo arroja al abismo donde va hundiéndose, metafóricamente, se ahoga en un mar de desgracias de un pasado que lo agobia y de un presente que no mejora.
Ted conoce a Greta (Olivia Thirlby) nieta de Mrs. Lawrence que cuida en el interior de un hospital, a partir de ese encuentro la vida de ambos se ve unida por una absurda coincidencia. Greta decide documentar la vida de Ted y las acciones que éste realizará antes de su suicidio; con la única condición de callarse y no decir nada.
Aunque Ted prefiere hacer las cosas solo termina aceptando por dos motivos, implícitamente, Greta contempla algo de bondad en los ojos de Ted por eso aumenta su interés en seguirlo y con la intención de hacerlo recapacitar, el otro motivo es, porque Ted realmente se encuentra desolado, la compañía de Greta le será aligerar la carga de su pasado y su soledad trayendo consigo a Greta que será un constante recordatorio que su presente es distinto.
Ante su deambular sin rumbo
En su afán por corregir su pasado que considera es el principal responsable de su actual situación, recrea su tragedia personal en base a una constante retrospectiva, sobresale entre sus recuerdos la violencia psicológica y física que le propinaba Rowley Stansfield (Rob Riggle) como su principal enemigo en vida, dispuesto a vengarse decide buscarlo encontrando a un Rowley completamente distinto, el propio Ted se contempla entonces como artífice de esa divergencia y dentro de sí, desvanece el rencor y apela por la simpatía porque entonces comprende que sus motivaciones son absurdas, porque Rowley no es el mismo pero Ted en cierta medida no ha dejado de ser el mismo.
Ted se reencuentra con Vickie Danzig (Mackenzie Marsh) su viejo amor de la infancia, conoce de forma más interna y personal a Zeke Morgan, comprendiendo mejor sus problemas personales e íntimos que en vez de alejarlos los acerca, porque entonces concibe que su vacío no puede eliminarse con su suicidio, porque todos con los que conviven los agobia el vacío y el hastío emocional de parecer perdidos sin encontrar su sendero.
Irónicamente, la llegada de Ted empezará a darle rumbo a la pérdida, sentido al desastre, consuelo al inválido, vida al moribundo, será la figura central que reordenará el caos para transformarlo en un orden amoroso, a su vez, Ted Morgan encontrará su propio destino, habrá encontrado sentido a su existencia, aunque sabe, que el vacío estará ahí, el rencor puede volver, quizá la tristeza no se va pero ahora será menor, que el amor no será eterno, habrá duelo y muerte constantemente.
Pero siempre en cada perspectiva habrá una lucha por no ceder ante el vacío, se puede caer al abismo sin dejar de luchar porque otros quizá hundidos en su tragedia personal han estado ahí para tender su mano, así como lo vive Ted Morgan que, desde el abismo ha levantado a otros que habían caído antes.
La nostalgia como narrativa
Volver al pasado a través del recuerdo, como ejercicio de nostalgia, Ted nos muestra su infancia que carece de alegría, como refleja su presente vacío y sin sustento emocional. La nostalgia como espejo y como nos vemos actualmente. En la película, Ted recrea su infancia en retrospectiva dejando al descubierto aquellos episodios de su vida que lo marcaron profundamente, desde el chico rudo que lo golpeaba en el desayuno del colegio, el desprecio de su profesora hasta el rechazo de sus compañeros.
Ted Morgan no se da cuenta que al intentar cambiar su pasado haciendo acciones diferentes, empieza a cambiar su vida y la vida de quienes le rodean, empezando por su propia familia y los personajes que van uniéndose al relato.
Lo que comienza a complicar sus planes de suicidio al encontrar que los problemas de quienes le rodean son mas profundos, a pesar de ello, viven, respiran y aman, Ted comprende que su vida sin sentido carece de rumbo, entiende que carece de rumbo porque realmente no tiene problemas ni obstáculos que superar, entiende eso, absorbiendo los problemas de otros y tratando de resolverlos a su modo, haciendo de comparsa para reintegrarse a la vida de la que huía y quizá con esas acciones, llegaría a mejorar y amar su propia vida.
Mi problema con “Just Before I Go”
Mi único problema con esta película es que Seann William Scott trata de actuar como hombre maduro y deprimido; pero sigo viendo a Stifler en pantalla; lo que a veces puede costar trabajo que su personaje sea creíble; aunque se compensa con su empatía y carisma que llega en algún momento de la película, es complicado quitarte de la mente a Stifler; destaca en sus momentos de drama pero en momentos de comedia vuelve a parecer Stifler; incluso Lucky Morgan, hermano de Ted en la película es como una caricatura de Stifler; lo cual resulta cómico, pero bastante extraño teniendo en cuenta las películas de American Pie con Seann William Scott.
El personaje de Lucky Morgan me parece muy caricaturizado, algo innecesario para un drama que destacada en comedia. El guion de repente trata de cubrir sus agujeros de manera apresurada y algunas escenas innecesarias o exageradas, le restan credibilidad.
A pesar de todo considero que es una película recomendable, con momentos dramáticos que te hacen soltar la lágrima, otros momentos cómicos que te hacen soltar la carcajada, ese equilibrio de drama y comedia convergen muy bien, la música, la dirección y la fotografía es una sublime muestra de arte y talento. Que sobrelleva el drama con emotiva paciencia, destaca en lo cómico con cinismo y locura.
“Just before I Go” te arrebata. Es un relato que abraza la nostalgia y nos desnuda ante nuestro ser, rememorando nuestra infancia, nuestra edad escolar, como en un instante nos volvemos infelices, nos alejamos y huimos de lo que nos duele.
Nos enseña a encontrar el camino, a tener derecho a estar perdidos pero siempre encontrar el sendero que nos devuelva a nuestro destino.