Para entender la historia del Thunderbird, es importante saber que, en 1953, Chevrolet lanzó el Corvette, un auto innovador que ofrecía sensación de libertad.
El Ford Thunderbird fue lanzado en 1955, con el único objetivo de competir con el Chevrolet Corvette, pues ambos compartían características que pocos autos de la época tenían.
Lugar para dos pasajeros, un estilo deportivo, pero a la vez lujoso y un enorme V8.
En sus primeros tres años de vida, el Thunderbird fue fabricado con una carrocería de acero y un marcado estilo europeo muy parecido al Jaguar XK.
Disponible como roadster descapotable con opción de un techo rígido desmontable, algo muy distinto a lo que existía en esos años.
Bajo el enorme cofre, estaba dotado de un ocho cilindros de 4.8 litros acoplado a una transmisión de dos velocidades. Mucho más rápido que su rival, el Corvette.
En sus primeros años de vida, el “T” bird, como se le llamaba coloquialmente, tuvo algunos cambios. La mayoría de ellos, para atender las quejas y sugerencias de los clientes.
Se le agregaron dos pequeñas compuertas abatibles en las salpicaderas delanteras, esto para mejorar la temperatura de la cabina, pues algunos clientes comentaban que se calentaba mucho.
También, para mejorar el espacio de la cajuela, sacaron la llanta de refacción y la montaron en la defensa trasera.
Así, hasta 1957, el Thunderbird se mantuvo como un verdadero éxito comercial, arrasando en ventas.
A partir de 1958, la silueta esvelta del “T” bird, se fue perdiendo, y al mismo tiempo su esencia.
De pronto el deportivo bi-plaza y converible, ahora era un sedán de gran tamaño para 5 pasajeros.
Pasaron varias generaciones con un Thunder muy, pero muy alejado de lo que fue en sus inicios, y por supuesto ya no era un rival para el Corvette.
Por suerte llegaron los años 80 y la llegada de la era digital hizo una buena dupla con el diseño automotriz, al menos en Ford.
En 1988 fue presentada la décima generación del Thunderbird con un diseño deportivo, agresivo y mucho más parecido a lo que comenzó en 1955.
Inmediatamente se convirtió en un éxito comercial.
Ofrecía un motor V6 de 3.8 litros que otorgaba hasta 150 caballos de potencia. Con el tiempo y una vez más atendiendo los comentarios de los clientes, Ford le dio mas poder con un supercargador que lo llevaba hasta los 200 caballos de potencia. ¡un auténtico demonio!
La décima generación terminó en 1997 con la versión SC “Súper Coupé”.
Tuvieron que pasar cinco años para que Ford volviera a lanzar un Thunderbird, esta vez la undécima y última generación.
En Ford, todos pensaban que estaban lanzando el “auto del siglo” y solo imaginaban los millones que el nuevo auto generaría.
Lamentablemente, no fue así. El nuevo Thunder no fue bien recibido por los clientes y la razón es simple.
El modelo 2002 del Thunder tenía tanto parecido a la primera generación, que resultaba impráctico en el nuevo milenio.
Por ejemplo, el toldo rígido desmontable, igual que en el modelo de 45 años atrás, era difícil de quitar y sobre todo de guardar.
Después de este triste fracaso, en 2005 Ford dio por terminada la producción después de vender apenas 68 mil vehículos de su última generación.