Los fabricantes de autos se esfuerzan cada día en ofrecer más tecnología y comodidad en sus autos, pero, sobre todo, seguridad.
La seguridad es fundamental en un auto, incluso, existen países en los que si un auto no cumple con cierto nivel de seguridad, simplemente no podrá comercializarse.
Sin embargo, hay una marca que pasa por alto cualquier norma, por laxa que sea y aun así, se vendió en los países más exigentes.
TVR, un fabricante de autos hechos a mano, con materiales muy ligeros y con motores enormes. El resultado no puede ser más que catastrófico.
La historia de esta marca inició en 1946, con el sueño de Trevor Wilkinson, quien a los 23 años y después de haber dejado la escuela, instaló un pequeño taller en su garaje.
TVR One
En 1949 terminó la construcción de su primer modelo.
El TVR One, construido con un chasis fabricado por Wilkinson al que le adaptó el motor de una camioneta Ford.
En 1954 debutó su primer auto de producción en serie, tenía un motor de Austin A40, lamentablemente solo se vendieron 3 unidades.
La pequeña compañía de Trevor estaba al borde de la bancarrota, y en un intento por salir a flote, lanzó un nuevo modelo, el TVR Grantura.
El Grantura, fabricado con un chasis superliviano impulsado por un motor Ford.
TVR Griffith
Un nuevo vehículo con un potente motor Ford V8 con 270 caballos de potencia. La aceleración de este auto era muy similar a la del Shelby Cobra.
Finalmente, a pesar de todos los esfuerzos de Trevor, no pudo sostener su pequeña empresa y se declaró en quiebra.
TVR fue vendida a Arthur Lilley.
Ahora con el nombre de TVR Engineering Limited, Lilley comenzó a construir autos más económicos.
El primer lanzamiento bajo el mandato de Lilley fue el Vixen, que portaba un motor Ford 3.0 litros.
Durante un tiempo la compañía funcionó, sin embargo, volvió a la bancarrota en los años 80 y nuevamente cambió de dueño.
Época dorada
El nuevo dueño, Peter Wheeler comenzó a tomar motores de 8 cilindros y supercargados del fabricante Rover.
En esta etapa, se presentaron autos como el Chimaera, Tuscan y Typhon, los cuales se volvieron autos muy deseados gracias a sus impresionantes cifras de aceleración.
Todos estos autos tienen en común la ausencia de cualquier tipo de medida de seguridad, como frenos ABS, bolsas de aire y mucho menos asistentes electrónicos.
La sensación de manejo es de completa inseguridad, y tomando en cuenta la velocidad que pueden alcanzar estos bólidos, el más mínimo error al volante puede causar un grave accidente.
Actualidad
La principal característica de este fabricante de autos fue motivo de su fracaso.
Cuando la mayoría de los países ajustaron las normas de seguridad mínimas para que un vehículo sea comercializado, TVR dejó de venderse. Finalmente, una vez más estaría en bancarrota.
Actualmente, sus nuevos dueños trabajan en un nuevo modelo que pueda, finalmente darle estabilidad a una marca de vehículos que inició como un sueño.