El Tsuru, para nuestro país es el auto más emblemático de la marca japonesa, pues es exactamente lo que la gente necesitaba: simpleza y confiabilidad.
Gracias a eso, su producción duró más de 30 años y con apenas tres generaciones, en las que el diseño era muy parecido.
El primer Nissan Tsuru apareció por primera vez en 1982 y continuó hasta 1987 exactamente igual, sin cambios.
En su segunda generación, 1988 – 1991, el Tsuru contaba con tres tipos de carrocería, el sedán de 4 y 2 puertas; y un variante estilo guayín.
El auto del que hablaremos hoy, es una variante del Tsuru de dos puertas, con algunas características que lo hacen ver más deportivo. Se llamó Hikari.
Además de la carrocería coupe, el Hikari se distinguía por su quemacocos y spoiler. Mecánicamente también había una gran diferencia.
Mientras que los Tusru de segunda generación, estaban equipados con un motor 1.4 de 4 cilindros y 70 caballos de potencia. El Hikari presumía un motor 1.6 litros que le permitía generar hasta 96 caballos de potencia.
Además, en 1988, se comercializó con motor turbocargado.
Al interior, el Hikari no se caracterizaba por ser muy cómodo, sobre todo en los asientos traseros, donde el espacio era bastante reducido debido a la caíde del medallón trasero.
En 1989 el modelo tuvo una actualización de exterior. Sería un poco más largo y con faros y calaveras ligeramente redondeadas.
El éxito del auto fue tal, que México comenzaría a exportarlo a Latinoamérica, convirtiéndose en uno de los autos más populares en Chile, Bolivia y Perú.
Con la llegada de la tercera generación de Tsuru, el Hikari dejó de existir, terminando así con la posibilidad de tener un Tsuru con motor turbocargado.