El día internacional de la mujer no es una simple fecha donde se te felicita por tu femineidad.
Es el día donde se le rinde tributo a todas las mujeres que marcaron historia por su lucha a la equidad, por el derecho al voto, por el derecho a estudiar, a ser escuchadas y a no ser tratadas como un vil objeto:
“En la Europa del siglo XX, las mujeres no tenían más derechos que un criminal o un enfermo mental”.
Es el homenaje a esas mujeres que marcaron un hito en la historia ya sea en el ámbito de la ciencia, de la aviación, la escritura, la política o lo social.
El homenaje por la restauración y la creación de derechos que invitan a la equidad; es el homenaje a esas mujeres que día a día luchan porque nuestros derechos sean respetados; para que le digamos no más al abuso, no más al maltrato, no más al olvido…
Es el homenaje a la mujer activista que sin importar quien se interponga; lucha para que sea abolida la esclavitud, la ablación, el matrimonio infantil, la prostitución forzada.
No es una simple celebración que está relegada a un momento específico asociada a rostros famosos o a la feminista sin fundamento.
Es el homenaje a todas las mujeres que dieron su vida, que entregaron su existencia para la reforma de las leyes para una mejor calidad de vida, como Emmeline Pankhurst gracias a esta sufragista tenemos el derecho al voto; Marie Curie la primera en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades: Física y Química; Virginia Woolf una de las primeras que reflexionó sobre la identidad femenina y su relación con las artes; Santa Teresa de Jesús que en diversos libros hizo denuncia contra la desigualdad que había en las decisiones que tomaban los hombres que ostentaban el poder en aquella época.
De esto se trata esta celebración, es recordar que gracias a ellas, nosotras podemos ser quien queremos ser. Si bien es cierto que la lucha continua, el día de la mujer nos recuerda que todos, absolutamente todos, somos iguales.