Sátira, ironía, sarcasmo todo plasmado en una imagen para exponer nuestra situación política, económica, religiosa y social. Imágenes que se pueden aplicar al tiempo pasado, presente y futuro (desafortunadamente).
La moral, la ética con la que se mueve nuestra sociedad está en entre dicho, (a decir verdad, siempre lo ha estado) y llegaron los humoristas gráficos con sus filosos lápices para anunciarlo y denunciarlo.
Va de la mano del humor gráfico, pues tienen el mismo fin: el de la crítica, sólo que la ilustración tiende a ser más elaborada, más artística, es una historia y/o situación que se cuenta en una sola imagen.
Es interesante cómo una obra estéticamente bella con un trasfondo social bastante fuerte logra rebasar fronteras, idiomas y estilos de vida.
No se puede negar que aquello es bastante inteligente, una burla sutil a nuestro comportamiento absurdo como sociedad. A falta de programas de critica social, llegaron las ilustraciones que mucho se comparten a recordarnos que vivimos en un medio ridículo, viciado, corrupto, pervertido; ilustraciones que son difícilmente censuradas.
Estos dibujos pueden ser surrealistas, agresivos, literales y crudos, hasta llegar a convertirse en convincentes alegorías.
Basta con una imagen para impactar y dejar a la reflexión que tan podrida está nuestra sociedad, que somos agentes pasivos y nos gusta vivir así.
Steve Cutts, Pawel Kuczynski, Luis Quiles, Holcroft, Igor Moski, Jaco Haasbroek, son algunos de sus máximos exponentes. Son bastantes conocidos (al menos su trabajo) por los internautas; su singularidad, la mezcla de cotidianeidad, imaginación e ironía, hacen de su trabajo algo admirable y maravilloso.
Una imagen vale más que mil palabras y puede que desconozcamos de dónde provenga estas ilustraciones o los autores de los mismos, pero es inevitable que nos acerque y nos deje saber que la realidad europea no es tan distinta a la Latinoamericana; que todos somos seres humanos con los mismos problemas y los mismos dilemas, que lo absurdo no es exclusivo de ningún país.