La trascendencia de Dragon Ball y su impacto en la cultura global, gracias a su creador, Akira Toriyama.
Hay ciertos autores que, por más que pase el tiempo, la huella que ha dejado su obra no se borra. Este autor en particular es uno de los pocos que ha logrado impactar en la vida de muchas personas, traspasando la barrera del idioma, de las fronteras, de la etnia, de la cultura y realidad social; su obra se convirtió en inspiración.
Para muchos, fue parte de nuestra infancia y se rememora con cariño el instante de llegar a casa después de la jornada escolar para ver Dragon Ball mientras consumíamos el almuerzo.
Y aún sigue siendo parte de la infancia actual y emocionante para el niño interno de aquellos que ahora somos adultos.
Dragon Ball no es una simple historia fantástica; es una historia que se basa en la cultura china: se inspira en la leyenda Viaje al Oeste de Sun Wu-Kong, tomando muchas referencias sobre el Rey Mono, como su bastón o la nube mágica por la que recorre los cielos (sí, señores, como Gokú).
También toma mucho del paisaje asiático: el camino de la serpiente representa a la muralla china.
Akira Toriyama también toma como referencias a sus dos actores favoritos; a Jackie Chan lo usa como inspiración para las escenas de combate, es de ahí que nace la historia sobre el Torneo Mundial de las Artes Marciales y nombra a uno de los participantes como ‘Jackie Chun’. Bruce Lee no se queda atrás, el autor toma la película ‘Operación Dragón’ como inspiración.
La cultura pop occidental también se ve retratada: la historia del planeta Vegeta está inspirada en Krypton y el viaje de Trunks al pasado para evitar el apocalipsis causado por los Androides recuerda un poco a Terminator.
La creación de Akira también fue musa en el campo literario, como por ejemplo el libro ‘Dragon Ball: Fenómeno social’ de la editorial Doimen, en el que se detalla cómo este manga puede usarse como herramienta educativa en formación en valores.
El fútbol es otro de los campos donde se han usado algunas escenas y movimientos de los saiyajines para celebrar sus anotaciones, como se ha hecho varias veces con la famosa ‘fusión’. También la tribuna usa las imágenes en puestas en escenas para animar a los jugadores, los cuales son denominados ‘tifos’.
Existe el Día de Gokú, que se celebra cada nueve de mayo y, después de la triste noticia del deceso, alguien inició una campaña en change.org para que el ocho de marzo fuera declarado como el Día de Dragon Ball.
Muchos recuerdan los valores que promueve la serie: la amistad, la perseverancia, la justicia y el sentido del humor que más bien sería mantener una buena actitud a pesar de la adversidad.
Claro que para las feministas argentinas no era suficiente, ya que por no ver con buenos ojos (o como lo que es: una serie animada) el episodio 91, hicieron que la cancelaran y, con tanta argumentación centrada en lo ‘machista’, olvidaron la buena imagen que se le dio a la mujer; un ejemplo sería el personaje de Bulma, que es una mujer bastante brillante y audaz.
Es un tanto irónico que para la fecha del 8-M, nadie le haya prestado atención a la quejadera de ‘los pañuelos’ verdes, morados, etc., ya que la mayoría estaba lamentando la pérdida de Toriyama.
El señor Akira Toriyama impactó la vida de muchos y su obra no solo fue entretenimiento infantil; el saiyajin se convirtió en la imagen del guerrero que todos quisiéramos ser: personas capaces de encontrar valía en la superación con coraje, buscando siempre ser la mejor versión de nosotros mismos.
“Cha- la head-cha-la. No importa lo que suceda, siempre el ánimo mantendré…”