En las décadas de los setenta y ochenta, estaban muy de moda dos vehículos infantiles, se trataba nada menos que de la Avalancha y de la bicicleta Vagabundo, hubo dos marcas que dejaron huella, que marcaron nuestra infancia.
Quién en su infancia no pidió una Avalancha o una bicicleta, y no eran cross, ni de carreras, ni nada por el estilo, eran tan sencillas que nosotros mismos le poníamos los aditamentos.
El deslizador Avalancha
Con la Avalancha pasamos los mejores momentos, siempre en compañía de los amigos, de los vecinos; uno manejaba y el otro empujaba. Y era ahí donde empezaba la diversión… y a veces el peligro.
Si, pues dependía de cómo te empujaran, que tan fuerte era o que tan leve, incluso, de cómo lo pidieras tú, y en el peor de los casos de lo mala onda o manchado que pudiera ser el amigo.
Si estabas de bajada o de subida, si era una pendiente muy empinada, si era liso el piso, si era en el pleno concreto de las calles, donde saltaban las llantas y saltabas tú con ellas.
Pero todo te divertía, todo te emocionaba, de verdad disfrutabas estando en ella trepado, o empujando, sin medir a veces las consecuencias, muchas veces llegué a caerme, muchas otras, a tirar a los demás, eran tardes inolvidables.Y qué decir cuando iban más de uno en la misma avalancha, ya sean dos o tres, era pura diversión, el control se perdía y allá íbamos a dar.
Ahora bien, la historia del carro deslizador Avalancha viene de la mano de la empresa HierroMex, la cual originalmente fabricaba cortinas de acero, casetas y las taquillas del zoológico de Chapultepec.
Pero la historia dio un giro cuando los hijos del propietario de la empresa le pidieron que fabricara un carrito deslizable, el cual se convirtió en una sensación, por lo que decidieron fabricarlo para venderlo al público; esto fue por la década de los 60.
El éxito continuó en ascenso, y las décadas de los 70 y 80, las ventas anuales ya superaban las 100,000 unidades al año ¡Era la locura!
El diseño fue evolucionando, inicialmente se fabricó con una tabla de madera con 4 ruedas de hule, volante de metal, freno de palanca en el lateral derecho y un asiento de plástico, pero en los 80 se le pusieron ruedas más anchas y un llamativo banderín de precaución.
Sin embargo, la patente venció, por lo que otras empresas empezaron a fabricar productos similares, además de que hay quienes los armaron rudimentariamente en casa, y luego, con la invasión tecnológica y quizás la inseguridad, los niños fueron abandonando las calles y los parques, lo que significó una caída en las ventas de la Avalancha, la cual pasó a manos de la marca Apache.
Por cierto, en el catálogo de Apache ya ni siquiera se encuentra la Avalancha, pues la empresa decidió enfocarse en productos para niños más pequeños. Así, el divertido carro deslizador fue quedando en el olvido.
Bicicleta Vagabundo
Y si hablamos de la bicicleta, cuántas historias no recuerdan, seguramente muchas.
A muchos de nosotros nos daban nuestras bicicletas en Navidad o el día de reyes. No olvidamos cuando la veíamos junto al árbol y no había lugar a duda de que era una bicicleta. Inmediatamente salíamos con ella a jugar y, por supuesto, presumirla con los vecinos.
Las encontrábamos de muchos colores y diseños, para los peques era más frecuente encontrarlas con esas rueditas entrenadoras que, cuando ya nos sentíamos grandes, queríamos quitarlas porque “ya podíamos solitos”, y obvio, quitarlas era señal de que habíamos crecido. Y qué decir de las que tenían una canastilla al frente, adorno que generalmente tenían los modelos más usados por las niñas; ahí ponían sus muñecas, las cuales las acompañaban durante el paseo.
En cuanto a las bicicletas “para grandes”, una de las marcas icónicas era la Vagabundo con un modelo que imitó a las motos chopper relacionadas con los largos viajes en carretera, porque así nos sentíamos unos rudos moteros.
Para que el kit estuviera completo, solíamos ponerle algunas cositas en las llantas, adornos en los manubrios, y por si esto fuera poco, se le ponía la botella del Frutsi en la llanta trasera para que hiciera un ruido parecido al de una moto y entonces te hacía creer que tenías una moto.
La bicicleta Vagabundo se creo en 1967 por la empresa Windsor de México, logrando en un gran éxito en nuestro país, tal y como ocurrió con el modelo original, las Raleigh Choppers, fabricados en el Reino Unido.
El diseño está inspirado en los gustos de la juventud estadounidense, pues era la onda montar rudas motos, por lo que se creó una bicicleta que casi inmediatamente se convirtió en un ícono.
Conociendo ese éxito, Windsor de México copió el modelo Raleigh Chopper para crear la Vagabundo, agregándole un freno de contrapedal Bendix 76, dos barras sobre las que se colocan resortes metálicos que simulaban amortiguadores y llantas Tornel con patrón de panal.
Pero nada dura para siempre, y en la segunda mitad de los 80, las bicicletas Vagabond fueron reduciendo su producción hasta que dejaron de fabricarse. Para ese entonces, los gustos de los niños fueron cambiando y se inclinaron por diseños más sencillos y quizás influyó el éxito de la cinta “E.T. el extraterrestre”. ¿Recuerdas que Bimex se inspiró en esta película para su publicidad? Esto colocó a Bimex como la reina, opacando a la competencia, pero ya hablaremos de esta marca en otra oportunidad.
Ya sea la Avalancha o la bicicleta Vagabundo, la diversión para los niños era total, pues significaba horas y horas de juego, siempre acompañados de los amigos que, por lo regular, eran los mismos vecinos.
Sudábamos, nos ensuciábamos y mamá nos decía “¿Quién crees que lava la ropa?”, pero ese es otro tema que me vino a la mente: las lavadoras Hoover, igual luego lo platicamos.
Ah, qué recuerdos, cómo nos divertíamos. ¿Tú qué recuerdos tienes? ¿Por qué no nos los compartes aquí?