“Rosemary’s Baby” es una película de 1968 del género del terror dirigida por Roman Polanski. Basada en la novela de Iran Levin. Una película inteligente, terrorífica y onírica.
Una interesante película de terror que no presente violencia, tragedia y mutilaciones, si no que abarca la profundidad de la mente humana.
Roman Polanski retrata el terror de una forma más realista y natural.
Como en “Repulsion” de 1965, el director se centra en la intriga y lo macabro, confrontado por individuos débiles llenos de dudas y miedos.
Además para la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la película fue considerada como “cultural, histórica y estéticamente significativa” de acuerdo a la Revista Rolling Stone.
Sinópsis
Rosemary (Mia Farrow) y Guy Woodhouse (John Cassavetes), un actor con poco éxito, se mudan a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición.
Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie (Ruth Gordon) y Roman Castevet (Sydney Blackmer), unos vecinos que los colman de atenciones.
Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo.
Pero cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña criatura que le ha dejado el cuerpo lleno de marcas.
Con el paso del tiempo, Rosemary empieza a sospechar que su embarazo no es normal.
Dudas y miedos
Polanski toma elementos tan humanos y ordinarios, transformándolos en miedos y dudas. Esto genera en el espectador un sentimiento inquietante sobre lo terrible de la humanidad.
El edificio donde se mudan ambos protagonista funge como un calvario a partir de donde se desata un sufrimiento interno psicológico. Es ahí donde sus vecinos, Minnie y Roman, comienzan a entrometerse en la vida del matrimonio Woodhouse.
Se le considera una metáfora del purgatorio, porque a partir del ingreso de los dos vecinos, se desata un agobio y una relación complicada.
A partir de una tragedia, es que se unen los personajes, ese vínculo que se narra y se extiende a lo largo de la cinta de una manera agobiante.
Para Roman Polanski explorar los miedos y las dudas, sobre elementos paranormales, que ponen en duda la mentalidad de Rosemary.
Quien se cree ser el centro de una conspiración diabólica, orquestada por sus vecinos y apoyados por su esposo Guy, quien en el contexto se puede considerar villano.
Precisamente en ese mórbido intercambio que hace Guy para lograr una carrera exitosa como actor, se convierte en el principal demonio.
Pero Rosemary la envuelven las dudas y los miedos cuando queda embarazada de Guy, si realmente ¿Espera un bebé o es acaso una criatura diabólica?
Esa es precisamente la inquietud que agobia a Rosemary hasta conducirla a la locura.
El Horror
Polanski nos envuelve en un cuento terrorífico a través de los ojos de Rosemary, para compartirnos sus dudas, sus miedos y por supuesto su pánico.
“Rosemary’s baby” no se caracteriza por el uso de la estética tenebrosa, en referencia a situaciones que ocurren de manera grotesca y vulgar.
Es más bien la invocación del terror ante lo desconocido, la trama que se vuelve difusa, improbable y onírica.
Rosemary es el instinto que emerge y se pierde en la confusión de su propia identidad, se acerca más a la metáfora de la pérdida de sí misma inducido por el embarazo.
Una metáfora bien planteada, muy inteligente y que explota en su punto culminante, después de un desarrollo lento e intrigante que lo vuelve aún más terrorífico.
La película fue lanzada un año antes de los trágicos acontecimientos de Charles Manson en contra de Sharon Tate esposa de Roman Polanski, por lo que la cinta se convierte en un aterrador vaticinio en el horror personal de Polanski.
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