¿Quién no se ha deleitado con esos sabores y colores únicos de las paletas?
¿Quién no recuerda con cariño esas paletas que nos hacían la vida más dulce? ¡Eran lo máximo! Desde las paletas tradicionales de sabores, hasta las más innovadoras y creativas, siempre había una paleta que nos hacía felices.
Las paletas eran y siguen siendo un clásico de nuestra infancia, y aquí vamos a revivir algunos de esos momentos deliciosos.
Empecemos con las famosas paletas Charms, simples pero sabrosas, disponibles en muchos sabores y envueltas en celofán transparente. ¿Quién no se ha topado con una en la tienda de la esquina o como regalo por una compra en algún comercio?
Y no podemos dejar de mencionar los “pirulís” o “chupirul”, comúnmente de Usher, esas paletas cónicas con varios sabores que te sorprendían en cada chupada. ¡Eran deliciosas!
¿Y qué tal la paleta Mimí? Una rica paleta sabor a leche quemada, de forma rectangular y con pequeños trozos quemados en su totalidad, que luego no eran tan agradables, pero en sí la paleta era de las más ricas. ¿Se te antoja ahora?
Y para los amantes de la menta, esas paletas rojas y blancas con un sabor inconfundible que te dejaba un fresco aroma en la boca. ¡Eran económicas y accesibles en cualquier tienda!
Las paletas enchiladas de Luxus eran un clásico, disponibles en sabores como mango, piña, tamarindo y naranja, con un toque picante y agridulce que las hacía irresistibles. Y no podemos olvidar las Palelocas, ¡dos paletas en una con sabores como uva, chocolate, piña, fresa y naranja!
Para los amantes del picante, la Ricaleta y la Chipileta eran una verdadera delicia. La Ricaleta te picaba y mucho, pero su pequeña capa de dulce era riquísima.
Y la Chipileta, una pequeña paleta de caramelo macizo que se podía disfrutar con el polvito picante de sabores.
La llegada de las paletas de triple sabor fue toda una sensación, especialmente la famosa Semáforo. ¡Era deliciosa y parecía un semáforo de verdad, con sus colores verde, amarillo y rojo! El sabor era tan dulce que podía transportarte a otro mundo.
Las paletas de “manita” también eran un clásico. ¡Qué emoción abrirlas para ver el mensaje de buena suerte que había en su interior! Algunas incluso eran bicolores, lo que las hacía aún más interesantes.
Y no podemos olvidarnos de las icónicas Tutsi Pop, con su sabor a cereza y relleno de chicle. ¿Quién no recuerda el anuncio en el que te retaban a llegar al centro de la paleta con un número exacto de chupadas? ¡Era todo un desafío!
Pero eso no es todo. Después aparecieron las paletas de sabores, y ahí se abrió todo un mundo de posibilidades. Había paletas de todos los sabores, colores, tamaños y formas imaginables. ¡Qué recuerdos tan dulces!
Cuántas paletas no probamos; de todos los sabores, de todos los colores, tamaños, formas, figuras, etc. Un dulce recuerdo, que nos llevamos a la boca, a nuestros paladares y disfrutamos como niños aquella época.
Hoy lo podemos hacer, pero definitivamente, no es lo mismo, el sabor, el recuerdo, es hoy totalmente otro.
Seguro que cada uno tiene su paleta favorita. ¿Cuál es la tuya? Comparte con nosotros tus recuerdos y revivamos juntos esos momentos mágicos en los que nos llevábamos un trocito de felicidad a la boca. ¡Qué delicioso era todo!
Espera, antes de que te vayas, te invito a ver el programa donde recordamos cuáles eran los dulces que más disfrutábamos en nuestra infancia.