Sean Connery fue mucho más que el primer James Bond. Su vida y legado lo convirtieron en una figura inigualable del cine mundial.
Sean Connery marcó un antes y un después en la historia del cine cuando interpretó al icónico agente 007. Su debut como James Bond en Dr. No (1962) no solo cambió su carrera, sino que lo catapultó a la fama internacional, convirtiéndose en un símbolo del cine de acción y elegancia.

De la Marina al cine: una historia de transformación
Nacido el 25 de agosto de 1930 en Escocia, Thomas Sean Connery sirvió en la Marina antes de ser dado de baja por motivos médicos. Este giro en su vida lo llevó a dedicarse al culturismo, donde era conocido como “Big Tom”. Su incursión en el entretenimiento comenzó gracias a un amigo que le recomendó hacer una audición para el musical South Pacific. Esa oportunidad lo llevaría a escenarios de teatro, televisión y finalmente cine, donde forjaría una de las trayectorias más admiradas de la industria.

Éxito inmediato como 007
Su interpretación en Dr. No al lado de Ursula Andress fue un éxito rotundo, abriendo paso a más entregas como From Russia with Love (1963), Goldfinger (1964) y Thunderball (1965). Connery se convirtió rápidamente en el rostro del agente secreto británico, aunque con el tiempo decidió no encasillarse y dejó el papel en manos de George Lazenby en 1969.
Un actor versátil más allá del agente secreto
En 1971, Connery regresó temporalmente al personaje en Diamonds Are Forever. Luego trabajó para liberarse del estigma de Bond y demostrar su versatilidad actoral, lo que logró con éxito durante las décadas siguientes. En 1983, se despidió definitivamente del personaje en Never Say Never Again, esta vez bajo la producción de Warner Bros.
Más de 70 películas y múltiples premios
A lo largo de su carrera, Sean Connery participó en 74 películas. Su última aparición fue en la animación Sir Billi (2012), donde prestó su voz y fue productor ejecutivo. Su talento fue reconocido con un Oscar en 1987 y un Globo de Oro en 1988 por The Untouchables, así como 2 premios BAFTA y más de 90 reconocimientos internacionales que confirmaron su estatus como leyenda del cine.

Sean Connery falleció el 30 de octubre de 2020, a los 90 años, en su hogar en Nasáu, Bahamas. Murió mientras dormía, víctima de un infarto al miocardio. Se fue en silencio, pero su legado vive con fuerza. El mundo del cine no solo perdió a su primer James Bond, sino a un hombre que supo reinventarse, emocionar y dejar huella en cada papel. Un artista imparable e inolvidable.