La canción Another Brick in the Wall de Pink Floyd se convirtió en un himno de resistencia estudiantil en Sudáfrica, al punto de ser censurada por el gobierno del apartheid.
Un himno de protesta
No hay un tema musical tan significativo como la segunda parte de Another Brick in the Wall. Sus letras de protesta se convirtieron en un himno para miles de estudiantes que estaban hartos de una disciplina rígida en centros educativos donde los profesores se enfocaban más en imponer autoridad que en transmitir conocimientos.

La censura en Sudáfrica
El 2 de mayo de 1980, el gobierno sudafricano ordenó la censura de la canción porque era utilizada por los estudiantes negros en protestas contra el apartheid. Según las autoridades, el tema incitaba disturbios en las escuelas.
El apartheid fue una ley de segregación racial que se mantuvo vigente hasta 1992. Este sistema dejaba en desventaja a la población negra en múltiples aspectos de la vida, desde la salud y la vivienda hasta la educación, reservando los mayores privilegios para la minoría blanca.

Educación limitada y desigual
Para los niños víctimas de esta segregación racial, el acceso a una educación digna era prácticamente inexistente. En las aulas se limitaban a enseñarles oficios manuales para asegurarles un futuro precario. Quienes buscaban cultivarse debían hacerlo por su cuenta, incluso arriesgándose a sufrir consecuencias por desafiar al sistema.
Un símbolo de resistencia
Cuando salió este tema de Pink Floyd, el gobierno lo censuró de inmediato, alegando que los estudiantes lo utilizaban como himno de protesta. Con él exigían mejores condiciones, especialmente en el ámbito escolar.
La historia de la censura de Another Brick in the Wall en Sudáfrica recuerda el poder de la música para dar voz a los que no la tienen. Lo que para algunos era solo una canción, para miles de estudiantes fue un grito de libertad y esperanza en medio de la opresión.