Diablo Swing Orchestra te transporta a un universo sonoro épico y extravagante que fusiona metal, swing, ópera y música clásica.
Creada en Estocolmo, Suecia en el siglo XVI, los miembros originales de la Diablo Swing Orchestra dejaron diversas cartas firmadas como un pacto secreto antes de ser condenados a la horca por la Iglesia Luterana que predominaba en aquella época. El objetivo de estas cartas era lograr la reunión de sus descendientes 500 años más tarde. Finalmente, en el 2003, los descendientes se reunieron y reformaron la orquesta con un estilo propio y original.
¿Suena increíble la historia de su origen? Pues así de increíble es su música. La Diablo Swing Orchestra te hará volar y explotará en tu cabeza con su virtuosismo y experimentación musical que van más allá de una banda catalogada en un solo género. Su música abarca desde el rock, soul, jazz, funk, cabaret, metal, ópera, swing, polka, alternativo, etc.
Si se considera como una revolución musical, describirla es insuficiente, pero su calidad y entusiasmo se detectan desde la primera nota hasta la última que se toca.
La historia
Era el siglo XVI en Suecia y dominaba la iglesia nacional luterana protestante, que se había instalado en esa parte de Europa y se había extendido desde su creación en Alemania como corriente de catolicismo reformado. Durante esa época de conservadurismo que venía rigiendo la Iglesia en un dominio extendido y riguroso, llegó a sobresalir una orquesta que, en un principio, era aclamada por el público pero odiada por la Iglesia Luterana. Irónicamente, esto la llevó a ganar más oyentes. La orquesta tenía algo que regocijaba y reconfortaba a quienes la escuchaban: su virtuosismo, su talento, su simpatía y el peligro.
En la segunda mitad del siglo XVI, quien se mantenía como autoridad era en parte subordinado de la Iglesia y la recaudación de impuestos fue uno de sus mayores ingresos, por lo que se volvió implacable. Gran parte de la recaudación iba destinada a la Iglesia como una especie de antigua pleitesía que se rendía a las deidades. Así, el dinero recaudado enriquecía más a las autoridades y, sobre todo, a la Iglesia, que se hacía más rica con el sufrimiento de su pueblo.
La orquesta se convirtió en un desahogo del agobio cotidiano y surgió así como una especie de esperanza. Era música hipnótica y esperanzadora que lograba que la población se acercara a ellos y se alejara de la Iglesia, que no hacía más que enriquecerse con los impuestos.
La persecución
La iglesia veía cómo aquella orquesta que tocaba para la gente ejercía más influencia en la población que su propia doctrina religiosa. Al perder devotos y poder, dejarían de recibir dinero. Ante ese temor, declaró que la orquesta tocaba música para el diablo y ordenó la persecución de sus músicos, pero la gente se negó a denunciarlos.
El clero prometió una recompensa, ya que nadie había atendido a la última declaración de persecución contra la orquesta, con el fin de capturarlos. Como sabían que el fin estaba cerca y que no tenían forma de huir, los músicos decidieron firmar un pacto secreto, que ha salido a la luz 500 años después. Ese pacto que firmaron dejaba la certeza de su existencia y que sus descendientes se reunirían y reformarían la orquesta para continuar con la predicación de su música.
Las cartas
Se entregaron seis cartas, una a cada miembro de la familia de los integrantes de la orquesta. Así, antes de su último concierto, ante una asistencia de miles de personas deseosas de escucharlos por última vez, tocaron hasta que, al concluir el concierto, fueron arrestados por la Guardia Real y condenados a la horca por armonizar con el diablo.
Pasó el tiempo hasta el año 2003, en Estocolmo, cuando dos de los descendientes originales de la orquesta -la misma que tocaba en el siglo XVI- concretaron el profético encuentro. Después de intercambiar información respecto a las cartas y las instrucciones para reunir a la Orquesta de los Diablos -como se hicieron llamar después de ser acusados por la Iglesia-, decidieron caminar juntos para continuar con el legado que fue abruptamente interrumpido. Pasaron pocos meses para que todos los descendientes de los integrantes originales pudieran reunirse como banda.
500 años depués
La banda quedó conformada por Annlouice Lögdlund, de voz poderosa pero angelical, quien fue elegida como vocalista principal. Se tomó inspiración en bandas como Epica, Nightwish, Xandria, Nemesea, entre otras, que presentan a mujeres soprano con tono operístico para liderar sus bandas. Pontus Mantefors y Daniel Hedin se encargaron del bajo, mientras que Johannes Bergion estuvo encargado de los riffs con toques clásicos de cello, y finalmente Anders Johansson fue el encargado de la batería.
Con este extraordinario relato, ya sea fantasía o realidad, los miembros de esta banda se denominaron en honor a sus ancestros como Diablo Swing Orchestra.
No fue hasta el año 2006 que lograron lanzar al mercado su álbum debut “The Butcher’s Ballroom”, al que le seguiría “Sing Along Songs for the Damned and Delirious” en 2009, luego llegaría “Pandora’s Piñata”, “Pacifisticuffs” y, finalmente, el más reciente “Swagger & Stroll Down the Rabbit Hole”.
Sing Along Songs for the Damned and Delirious
Con la integración de su primer álbum y la culminación de su disco “Sing Along Songs for the Damned & Delirious”, trajeron consigo una verdadera rebelión musical, una locura, un histórico legado que se formó a través de una historia extraordinaria. La exploración musical de Diablo Swing Orchestra es un viaje apasionante por la historia musical: a través de la música de cabaret, el avant-garde, la fusión de bossa nova, swing, jazz, funk, metal, rock y música clásica.
Escuchar a Diablo Swing Orchestra es transportarse a otra época, recrear siglo a siglo cada etapa musical y finalmente, condensar en un álbum una violenta seducción para los oídos. Sentirse estar presente en el siglo XVI en Estocolmo escuchando notas similares tocadas por sus ascendientes, como si se abriera una línea del tiempo alterna y estar en dos lugares a la vez.
Diablo Swing Orchestra es una banda que se arriesga, se desgarra, experimenta, violenta, alegre, enloquecida, DSO es más que un recital controvertido de partituras, es todo un conjunto histórico de acceso al pasado y de evolución musical y vocal.
Estamos ante una banda que, si bien carece de muchísima difusión, es también porque su plataforma musical no es sencilla de escuchar y comprender. Eso es precisamente lo que la aleja de cualquier medio de difusión, pero la acerca más a la autenticidad para quienes quieren encontrar en la música un exponente que enloquezca a multitudes sin dejar a alguien indiferente. Diablo Swing Orchestra es una banda que amas u odias, pues su sonido carece de términos medios. Juegan con los extremos de la absoluta belleza musical y de la absoluta locura musical.
Diablo Swing Orchestra es y será por siempre una de las mejores y más extraordinarias bandas de música, sin importar el género que se le quiera o deba darse. Asumir esa postura es descalificar su propio encanto. Es una banda que parece sacada de un cuento escandinavo, donde conviven hadas, elegancia sueca y folclor en su máximo esplendor histórico.
Basta con escuchar “A Tapdancer’s Dilemma”, “A Rancid Romance”, “Stratosphere Serenade” y “Vodka Inferno” del álbum “Sing Along Songs for the Damned & Delirious”, y especialmente el álbum “The Butcher’s Ballroom”, para comprender la creación musical de la banda en su punto más alto y más extraordinario. En “Pandora’s Piñata” la banda no encanta tanto como en estos dos álbumes anteriores, pero aún así es una digna representante de las joyas musicales que poco se conocen y que vale la pena escuchar.