Es difícil pensar en música y no recordar los discos LP y los casetes, donde podías grabar tu música preferida, con todo y cachos de anuncios comerciales o la voz del locutor o el jingle de la estación, ¿lo recuerdas?
Los discos de vinilo
Vamos a remontarnos a la década de los setenta; aunque por supuesto, ya existían desde antes, pero antes de empezar a hacer que nuestros recuerdos giren y giren, es importante decir que no es lo mismo disco de vinilo que acetato, el acetato es un poco más grueso y tuvo su boom entre las décadas de los 1930 y lo 1950, mientras que los vinilos se lanzaron en 1948.
Pero adelantémonos unas décadas, a los setenta, cuando la música era otra, seguía la fiebre del baile, ya en la década anterior con el rock and roll y en los 70 principalmente con la música disco y todas su variantes, tanto la electrónica de Europa como la de influencia de música de afrodescendientes en Estados Unidos, pero en casa no solo se escuchaba esa música
La diversidad de géneros iba en aumento, teníamos colecciones completas; en casa, los papás eran más de la música ranchera, de las bandas y orquestas; tales como Pérez Prado, Glenn Miller, Ray Conniff, etc.; los hermanos mayores del rock, tanto en español como en inglés, así como la ya mencionada música disco; y ya de uno, más chico estaban, los discos del Chavo del Ocho, de Cepillín, Topo Gigio, etc.
Generalmente en la sala estaban los discos de nuestros papás y en las recámaras los de los hijos, aunque esto ocurría cuando se tenía más de un tocadiscos en casa, si no, todos estan en la sala.
Habrá que mencionar también los discos de los tríos, de los solistas, tanto hombres como mujeres, con artistas como Lupita Palomera, Luis Alcaráz, Armando Manzanero, María Victoria, entre otros.
Había discos de 33 revoluciones, de 45 y unos de 78 revoluciones que eran discos medianos y que pesaban más que los otros.
Por supuesto tenemos que hablar de los aparatos donde se escuchaba esta música, donde poníamos los discos, las llamadas consolas o los tocadiscos; los había grandes y portátiles, hermosos muebles decorativos y que a la fecha los podemos ver.
Pero no todo era felicidad con los discos de vinilo, pues las agujas eran frágiles, así que teníamos que tratarlas con cuidado, limpiarlas con delicadeza de la pelusita que se le pegara, pero si ya de plano se arruinaba, en algunas tiendas de discos tenían refacciones y que se podían cambiar. También existía un pequeño truco, si la aguja ya no tocaba el disco, se le ponía una moneda y entonces esta hacía peso, y por un rato solucionaba el problema.
También el material del disco era frágil, así que debíamos ser cuidadosos para que no se rayara y limpiarlo con una esponjita especial. La verdad, por lo general los discos de los papás estaban en buen estado pero los de los hijos ya brincaban por algunos rayones. ¿Ustedes qué tanto cuidaban sus discos?
Los casetes
Ya en la década de los ochenta empiezan a llegar los casetes, aunque se lanzó en 1962, pero el boom se dio en los 80 en gran parte por la introducción del Walkman.
Cuando se puso de súper moda, se pensó que de alguna forma sustituiría al disco y afortunadamente no fue así, lo sumó a los formatos de música que ya usábamos y ya dependía de nosotros elegir comprar, si discos o casetes.
Algo maravilloso es que nosotros podíamos grabar nuestra propia música, para ello usábamos unos casetes vírgenes a los cuales podíamos ponerle música, voz, o hasta grabaciones personales; la voz del niño que empieza a hablar, una conversación, una junta, etc.
Los podíamos encontrar de acuerdo a la duración que quisiéramos, los había de 30, 60, 90 y hasta 120 minutos, aunque no se recomiendan los de muy larga duración. Además era por ambos lados, así como los discos; lado A y lado B.
Estos casetes los usábamos, los borrábamos y los podíamos volver a usar, una ventaja enorme para no gastar tanto, eran reciclables y duraban hasta donde se podía.
Algo que todos hicimos fue grabar la música de la radio, pues en ese entonces era o comprar el casete o grabar las canciones de la radio, aunque hay quienes odiaban que se metiera el locutor, un jingle o un comercial.
Tenías que estar súper atento y hacer el corte en el momento preciso, lo que te hacía ser muy hábil, era un buen ejercicio. Aunque curiosamente esas grabaciones con las voces son unas joyas en la actualidad.
Si se te llegaba a romper la cinta, tenía solución, hacías un corte y pegabas la misma cinta con un poco de diurex. Yo creo que todos lo llegamos a hacer; platíquenme, por favor.
Y qué me dicen de poderlos adelantar o atrasar por medio de una pluma; y en estos casos la que funcionaba a la perfección era una Bic. ¿Lo recuerdan?
Esto lo hacíamos en muchos casos para alargar la vida del reproductor de casetes o para que las pilas del Walkman duraran más.
Y dónde los escuchábamos, era en una grabadora, que después ya vinieron los grandes estéreos que incluían un tocadiscos y una casetera, e incluso los había de doble casetera. Grandes marcas participaron en esto.
De cualquier forma, siempre ha estado presente la música con nosotros, ya sea con los discos o con los casetes. Posteriormente, llegaron los discos compactos, las USB, los reproductores portátiles de mp3 y ahora el streaming.
Estos cambios tecnológicos han hecho de nosotros quizá una vida más fácil o sencilla, pero también han hecho otra forma de vivirla y de verla, donde te adaptas, por supuesto, pero no hay que perder nunca, la esencia. Dicen que lo más sencillo es lo menos complicado.
Cuando el streaming se hizo súper popular, ocurrió lo mismo que con la llegada de los casetes, que desaparecerían los discos, pero nuevamente no ha sido así, pues muchos artistas sacan ediciones especiales de producciones en discos y casetes, aunque son carísimos, pero ahí están.
Para seguir recordando juntos, mira el programa donde platicamos sobre cómo ha evolucionado la forma en que escuchamos música.
