“In the Court of the Crimson King”, de la banda londinense King Crimson, publicado en 1969, muestra una portada rojiza con un rostro agobiante y desquiciado.
“In the Court of the Crimson King” se volvería todo un álbum icónico de la banda y de la música en general; sus repentinos cambios de músicos, periodos de ausencia y diversos problemas con Universal Music por el derecho de las canciones, no han hecho otra cosa que catapultar a la banda al nivel de culto, logrando sobrevivir 50 años de existencia, conservando su esencia, su origen, su fascinante mística que ha denominado a su música “rock cósmico”, y en este viaje desde 1969 al día de hoy, cabe emprender el viaje por su trayectoria y cómo su música sirvió de influencia para otras bandas y para muchos que encontramos en su locura un caos que vibra internamente.
Era diciembre de 1999. Nos esperaba el cambio de milenio, una nueva era que parecía vislumbrarse en una latente modernidad, contraria al pesimismo que abundaba a finales del siglo XX, caracterizado por una generación decadente, musicalmente sublime, que dejaba la batuta en una generación superficial pero honesta, generación de la cual fui formado por el vacío existencial que se transformaba en notas, desembocaron en el grunge, el rock alternativo, se profundizaron las fusiones rítmicas, era como si el nuevo trajera consigo una unificación de la música, de sus ritmos y de su historia.
Adquirí por la tarde, la ahora extinta revista Switch, en su número 39 presentaba los 100 mejores discos de rock del siglo XX.
Una portada llamativa que se acercaba mucho al arte pictórico de Edvard Munch, unos ojos resaltaban, entre tonos cobrizos como pintados con arcilla, una boca amplia y abierta en pleno grito de dolor o miedo, jamás una portada fue tan impactante, que por muchos años quedé obsesionado por la cara del “hombre esquizoide” que aparecía en la portada del álbum lanzado en 1969 con el nombre de “In the Court of the Crimson King” y ese simbolismo que podría explicarlo todo, algo tenía que ver el nombre del grupo, lo hojeaba y leía el nombre del grupo King Crimson, tampoco me decía mucho de aquello.
¿Qué era o quiénes eran?
¿Qué simboliza “el hombre esquizoide” de la portada de King crimson del álbum de octubre de 1969 llamado “In the Court of the Crimson King”?
Robert Fripp y Peter Sinfield.
El diseñador de la portada se llamaba Barry Godber, es la única pintura que se conoce de él. Falleció en febrero de 1970 a los 24 años. Era amigo de Peter Sinfield, letrista de King Crimson. Hace referencia al personaje de uno de los temas del disco “The 21st Century Schizoid Man”. Y el hombre que aparece dentro del disco corresponde al Rey Carmesí.
30 años después de que se lanzó por primera vez “In the Court of the Crimson King”, comenzó a perseguirme su sonido y su portada por todas partes.
King Crimson llegó a mí como llegan las casualidades, la fortuna o la locura. Fue el pináculo del romance con la música y el espectáculo armonioso que significa ser un Rey Carmesí.
Aún sin inspeccionar musicalmente el disco, vivíamos una especie de reciprocidad, King Crimson me buscaba y yo lo buscaba a él. Hasta que años más tarde en el Tianguis del Chopo, descubrí los ojos agonizantes del hombre esquizoide pasmados ante mí, como si me observara desde ese cuadrado plástico conteniendo el Disco “In The Court of the Crimson King”. Sin ninguna refutación mental, ese disco estaba destinado a ser escuchado. Decidí adquirirlo.
¿Qué fue lo que había adquirido? Encontré en ese álbum la perfección más alta de la majestuosidad, la cumbre de lo sublime, el orden y el caos.
Con apenas 5 canciones In the Court of the Crimson King lograría encumbrar el rock progresivo a niveles sorprendentes de virtuosismo, extravagancia y soltura.
King Crimson es una banda de rock progresivo fundada en Lóndres en 1969. Considerada una de las pioneras y uno de los pilares del género, más allá de su diversificación sonora y mutaciones estilísticas.
Wikipedia, consultado en abril de 2019.
Y no es de extrañar que en sus 50 años de aniversario de la creación de King Crimson, a pesar de sus múltiples cambios en la agrupación desde sus inicios, que posteriormente convertiría Robert Fripp en un rasgo característico de la banda, parecen seguir tan vigentes y atrayendo nuevos fans, pero sobre todo consintiendo a los acérrimos aficionados a Fripp y compañía.
Basta escuchar detenidamente el primer track del álbum, “21st Century Schizoid Man”, para comprender un poco, la sofisticada creación de un mundo cósmico y potente que empezaba a extenderse desde un pequeño cuarto, mis oídos vírgenes de tal experiencia, como más tarde lo explicaría Robert Fripp en Londres mientras presentaba su gran obra de rock progresivo, 50 años despues de aquel monumento canoro a la experimentación y confusión del rock, dominado entonces por el puritanismo del sonido ecléctico.
Las canciones de King Crimson son caóticas desde su concepción, explica muchas cosas porque también el desorden suele ser un punto de partida del orden, Robert Fripp basa su idea en que “la vida humana es un desorden estructurado” hay una cierta etapa que el desorden y el caos es un modo de vida, como lo refleja la banda en su inestabilidad como agrupación y posterior desfile de diversos músicos, como origen musical, reflejo de un extraordinario caos, desde el sonido, las mutaciones sonoras, instrumentos y fusiones, llevando más allá de algo caótico, algo sorprendente que ambiciona una potente belleza atraída por el caos.
El nombre King Crimson (Rey Carmesí) fue idea del letrista Peter Sinfield como un sinónimo de Belcebú, príncipe de los demonios. Según Fripp, Belcebú es un anglicismo de la frase árabe B’il Sabab, la cual significa “hombre que ambiciona”.
Lejos de las pretenciones artisticas la banda se acercaba más a la pureza, la brillantez de lo sutil, sin dejar la extravagancia.
En 2019, King Crimson inició su 50 aniversario publicando una caja de seis discos de vinilo grabados entre el periodo de 1972 y 1974. Posteriormente, “Heaven & Earth”, una caja de 24 discos grabados entre 1997 y 2018, porque a decir de Robert Fripp “no volveremos a grabar un album de estudio”.
Posteriormente emprendieron una gira mundial, haciendo una escala en la Ciudad de México los días 23, 24, 29 y 30 de agosto del 2019.
“Mi intención es presentar a la banda a oídos vírgenes, que vengan a ver nuestro directo. No importa si les gusta o no, solo quiero que vivan la experiencia”.
Robert Fripp.
Después de una primera experiencia acompasada y dulce, guiado por el virtuosismo de Robert Fripp, la extravagancia, letras de Peter Sinfield, una portada agobiante en tonos cobrizos, la obsesión por lo caótico, la belleza confundida y latente, experiencia que emerge portentosamente a través de la experimentación musical, el desprecio por lo banal, acariciando el caos, la soltura desubicada, inestabilidad perfecta en un desequilibrio total y hermoso, al finalizar “In the court of the Crimson King” cuando la ultima nota se calla y el silencio te rodea en un desorden callado, uno se pregunta:
¿Y de dónde vino ese sonido inmersivo, complejo y en cierto modo elitista de King Crimson?