Explorando el legado musical y cultural para descubrir por qué Michael Jackson sigue siendo el rey indiscutible del pop.
La revista Forbes se tomó el atrevimiento de nombrar al nuevo ‘rey del pop’ bajo el argumento de que es global, versátil, los numerosos premios y el impacto cultural… ojalá hubiera tomado en cuenta el talento. Quizás le haya atinado a eso del impacto cultural porque es la muestra de la decadencia de esta década en todo sentido.
El talento desbordante de Michael Jackson, su disciplina, su creatividad, el ser atento en cada detalle para que el público se deleitara con su arte; más que deleite, fue inspirador.
Hay demasiadas publicaciones desde sus inicios hasta el día de hoy que siguen exaltando de una u otra forma su trabajo. Aquí mencionaré algunos cuantos para que comprendamos por qué Michael fue, es y seguirá siendo el rey legítimo del pop:
“We Are the World” (1985), composición que hizo con Lionel Richie para el proyecto de lucha contra el hambre en África. Esta canción se convertiría en un himno y concientizaría al mundo sobre la ayuda a los demás.
“Thriller” (1982) revolucionaría la música y la forma de hacer un vídeo clip. Este vídeo, que es más un corto, sería dirigido por John Landis. Y no sería el primer vídeo que contaría con directores de renombre; también trabajó con Martin Scorsese para su vídeo “Bad”, y no olvidemos a Spike Lee, solo por nombrar algunos.
“Black or White” (1991), además de la participación de Slash, fue el primer vídeo en utilizar la técnica “morphing”, y su letra rompe las barreras del prejuicio por el color de la piel.
En el baile es inevitable no recordar su paso de la caminata lunar (moonwalk), que es ícono de los ochenta. Michael nunca se atribuyó su invención. Este paso de baile tiene sus inicios en los años 30; se cree que fue “Electric Boogaloo” (1977) quien lo hizo primero.
Sus influencias musicales fueron el soul y el rhythm and blues, teniendo como referentes a James Brown, Fred Astaire, Bob Fosse y Diana Ross.
Su rango vocal, que variaba desde las notas altas hasta las más bajas, se clasificaba entre tenor y barítono, lo cual le hacía tener la habilidad de cantar cuatro tonos en un solo verso y bailando.
No solo vendió mil millones de ejemplares en toda su trayectoria, también fue influencia para otros artistas como Usher, Ne-yo, The Weeknd, Bruno Mars, Destiny’s Child, Justin Timberlake; también compartiría escenario con la princesa del pop Britney Spears y sería inspiración para muchísimas personas que se dedicaron a la danza, a la música y al mundo de la imitación.
Por último, el título del rey del pop se lo daría Elizabeth Taylor, así que nadie más está en derecho de dar ese tipo de designaciones y mucho menos a personas que en nada han contribuido al mundo artístico.