Ana de la Reguera lanza su propia serie de “comedia”, donde a través de 10 episodios nos lleva por aspectos de su vida entre la ficción y la realidad, compartiendo sus peripecias, su trabajo, sus romances y su estilo de vida de forma cómica e irreverente.
“Ana”, la serie creada por Ana de la Reguera, quien también coescribe y protagoniza, está dirigida por Carlos Carrera, conocido por cintas como “La Mujer de Benjamin” (1998), “Ana y Bruno” (2017), “De la Infancia” (2010) y “El Crimen del Padre Amaro” (2002), por mencionar algunas.
Con este proyecto, la actriz pretende revolucionar la comedia mexicana, consagrándose como una actriz versátil y romper con el esquema del melodrama que le dio fama.
Ana, La mexicANA en Hollywood
Es una serie bastante extraña de definir, con ligeros toques de serie documental, ficción y comedia. Es una mezcla narrativa interesante pero con poco contenido.
Por momentos, parece un intento de copiar “Fleabag” de Phoebe Waller-Bridge, sin alcanzar su grandilocuencia o su comedia brillante. Sí, De la Reguera quiso hacer su versión de “Fleabag”.
También pretende ser una comedia revolucionaria y provocadora, pero fracasa terriblemente. La serie resulta ser una mezcla entre lo incendiario y la comedia infantil, prescinde del drama y se esfuerza por ser cómica, convirtiéndola en una comedia sin gracia.
Con un guion exagerado, representa situaciones irreales y fantásticas que carecen de emoción, una escena ridícula tras otra, sin coherencia o demasiado vulgar.
Aunque destaca la dirección de Carlos Carrera y la música a cargo de Rosalía y C. Tangana, Residente, Francisca Valenzuela, Fito Páez, Kany García, Naty Peluso y Ali Gua Gua, entre otros.
Serie superficial y plANA
Es desordenada, vulgar, absurda, aburrida, carece de interés y de personajes interesantes. Ni siquiera incluyendo a su propia familia, representada por actores, ayuda a mantener la atención.
Y nos muestra su vida como epílogo, con fotografías y recreando ciertos aspectos de esos recuerdos y vivencias familiares en comedia, que no resultan atractivos.
La principal deficiencia de esta serie son las actuaciones y la trama ridícula de cada episodio.
Un guion insípido expone a su protagonista, una actriz consolidada, con actitud infantil, rebelde e inmadura.
Si bien, “Fleabag” hace de su comedia una grandeza sólida en cada capítulo, los diálogos ácidos y críticos convencieron y encontraron en su protagonista una encantadora comedia honesta y directa, en esta serie no hay siquiera atisbos de honestidad, porque, a pesar de que es la propia De la Reguera, quien escribe el guion ligeramente basado en su vida, nada de lo que ocurre dentro de la serie es creíble.
Los diálogos carecen de fuerza dramática o de ingenio; se nota la inexperiencia de la actriz para la comedia. Los musicales esporádicos, más que surrealistas, son tristes y patéticos.
Aunque la idea principal, según De la Reguera, era presentar historias de mujeres sin tantos prejuicios, me parece que faltó darle una dirección adecuada a la idea.
Y que no necesariamente es quitarse los prejuicios, ser esporádicamente lesbiana o mostrar todo el tiempo vibradores en la mano.
Ana de la Reguera, freudiANA
Cada episodio narra una faceta del personaje principal, que le da nombre al episodio, como en “americANA”, sobre su llegada a Hollywood y la búsqueda de oportunidades.
Otro ejemplo es el episodio 3 “lesbiANA”, un intento de exploración de la sexualidad y la liberación femenina, que se precipita y cae en lo vulgar.
Así, cada episodio va de lo absurdo a lo absurdo, por momentos muy aburridos, otras veces momentos penosos que causan desagrado.
Esta serie es un intento de romper estereotipos, recordar nuestro origen y, con humor e irreverencia, abordar nuestras desgracias. Es una serie que pretende burlarse de las desgracias propias, como explicó la actriz para CNN.
Pero quizá la única desgracia de la que no puede burlarse es de su propia serie, que es un desastre de principio a fin.
“Ana”, la serie de De la Reguera, es una serie de comedia que no tiene ninguna gracia.
