La nueva apuesta de Amazon Original, De Brutas Nada, una serie de 9 capítulos, revisamos de qué va, que retrata en esta primera temporada y si vale la pena mirarla.
Sinópsis.
Luego de la traición de su prometido, Cristina (Tessa Ia) busca un roommate y encuentra a Alejandro (Christian Vàzquez), a quien acepta porque cree que es gay.
En el transcurso de la trama principal, otras historias convergen la soltería y mejor amiga de Cristina, Carolina (Hannah Larrea) a su vez colega de su empresa de publicidad que tiene por nombre Limón con Chile.
Su también colega y amigo homosexual Rodrigo (José Pablo Minor), que con la premisa principal se integrará para complicar los planes de Alejandro.
Así como la aparición de un viejo amor de Alejandro que pondrá en entredicho su supuesta homosexualidad, interpretada por Marimar Vega como Esther y quien fungirá como la jefa de Alejandro.
Todas estas subtramas y una trama principal conectada entre dos personajes principales que tienen como objetivo convivir entre la mentira o liberarse de ella confesando la verdad aunque pueda perderlo todo.
Amor, amor, amor
De Brutas nada, es una producción de Sony Latinoamérica y distribuida por Amazon.
Adaptación de la novela de Isabella Santodomingo, “los caballeros las prefieren brutas” que también tuvo su versión colombiana, dejando el mismo título.
Entrando en contexto
En 1969 René Cardona Jr. dirigió “Modisto de señoras” con Mauricio Garcés un hombre existoso que finge ser homosexual para que los esposos de sus clientas no sospechen de él, mientras coquetea con ellas.
Hasta el año 2000 Matthew Perry, famoso por la serie Friends, encarnó a Oscar Novak, en Three to Tango película de Damon Santostefano, quien finge ser gay y se encarga de vigilar a la pareja de su compañero de trabajo, pero éste termina enamorado de ella.
Francis Veber hizo lo propio en 2001, en Francia, con su cinta “Le Placard” con Daniel Auteuil y Gérard Depardieu, un hombre de negocios que finge ser homosexual para evitar despedido de su trabajo.
En el 2005 el director Dave Diamond nos trajo Partner (c) con Jay Harrington quien finge ser gay para tener éxito en su trabajo.
Ambas historias no parecen tan descabelladas, pues ocurrió algo muy similar en la vida real. La nota completa aquí.
En 1988 el director Italiano Bruno Cobucci, presenta una cinta con cuatro historias, Rimini Rimini – un anno dopo, narra como un hombre mujeriego finge ser gay para obtener favores de una atractiva mujer.
Con el nuevo milenio las comedias en ese tono diminuyeron.
Siendo el último intento una serie que retomaba el concepto, producida por Televisa. Con Héctor Suárez Gomis, Luz María Zetina y César Bono en el 2001, un diseñador que finge ser homosexual para conseguir empleo.
Finalmente en el 2016 el director Antonio Serrano nos tortura con una adaptación de la famosa cinta de Mauricio Garcés.
Recreando y sepultando la historia de un hombre heterosexual que finge ser gay para obtener algo o para proteger su trabajo.
¿Y a qué va todo esto?
Las historias sobre hombres que fingen ser homosexuales, no son nuevas.
En todas ellas se comparte la necesidad de fingirse gay, ya sea por necesidad, o por obligación como en Kicking out Soshana de Shay Kanot, pero sin la frescura de Victor Victoria en sus tres versiones.
Aún con estas excepciones, basar la trama de una serie entre relaciones amorosas liberales o tradicionales pero también como se viven en la edad moderna.
Entretejiendo una trama que se sostiene solo por ser o no ser homosexual, parece en estos tiempos un poco exagerado.
Sin embargo, De Brutas Nada, va más allá de enfocarse en las relaciones de pareja.
Trata de redimirse con un potente mensaje feminista, el mensaje también habla de la amistad sincera, los fracasos amorosos y las responsabilidades del hombre y la mujer moderna.
Si bien la serie de Amazon, De Brutas Nada, parece arrancar con un rumbo bastante común, pronto trata de desapegarse.
Añadiendo personajes variados y que simbolizan una personalidad específica, haciendo interesante como personalidades tan dispares congenien perfectamente.
Fuera del contexto, ser hombre fingiendo que se es homosexual, por una causa desesperada, cuya mentira al parecer no implica mayor problema.
Sin embargo, se quiebra esa confianza, con la complicidad del espectador. Al suponer que hay más secretos y esa confusión de identidades, escuela de la comedia clásica, es fascinante verla en estos tiempos.
Aunque no es una serie brillante, no tiene grandes momentos y recurre a veces a casualidades convenientes para el desarrollo de la historia, sin mayor profundidad, sin mayor pretensión que el de entretener.
Parece acercarse más a la comedia de confusión de identidades, del teatro clásico.
Sin risas hilarantes, más bien un par de sonrisas por la peculiaridad de algunos personajes y esa mentira que crea Alejandro para poder rentar un piso en Ciudad de México.
Varias preguntas y un final sin respuestas.
La serie te lleva hasta el final atrapado por la intriga y ciertas dosis de comedia.
¿Cristina descubrirá que Alejandro no es homosexual?
¿Cómo reaccionará ante la mentira?
¿Alejandro confesará la verdad?
Con un final agridulce, que parece suspensivo y con intención de no querer resolver, aunque parece abrupto y con más interrogantes que respuestas.
Es por eso que parece una serie incompleta, parece una pérdida de tiempo.
Al final no concluye ninguna premisa que se había planteado, es evidente, que se espera una segunda temporada.
Al menos deberán cerrar todos los cabos sueltos, principalmente, la premisa que abre la historia.
Aún con sus detalles forzados, su necesidad de empoderar en el discurso y trama superficial.
Evita la denuncia social o la polémica, es una serie breve y que entretiene. Solamente si no quieres ponerte a atender los detalles, las fallas y las casualidades tan convenientes.
De Brutas Nada, serie original de Amazon, vale la pena si quieres pasar unas horas con una serie ligera y sin pretensiones. Si te gustó “100 días para enamorarse” y te gustan las comedias románticas mexicanas.
Si esperas algo más profundo o una trama más compleja, definitivamente no es para ti. Y la vas a odiar.