Mucho se ha escrito sobre la música y el cine, también sabemos lo indispensable que es para que la trama sea más interesante e impactante.
La música que se hace en las películas, ya sea adaptada u original, son expresamente pensadas para las mismas. A veces los directores son los que eligen ciertas canciones para ambientar sus filmes; es bastante interesante esta ‘asociación’, pues muchos llegan a la película por la canción y otros llegan a la canción por la película.
Como en el caso del film “El efecto Mariposa” que la complementa muy bien la canción “Stop Crying Your Heart Out” de la banda británica Oasis, se volvieron inolvidables, la una indiscutiblemente se relaciona con la otra y ambas conmueven, tanto así que se convirtieron en referente (por que no decirlo) de la cultura Pop.
Otra canción y película iconos son: “Where Is My Mind” de la agrupación de Pixies que hace buen juego con “El Club de la Pelea”, otro par que la mayoría conoce y se volvieron de culto.
Esto no quiere decir que las canciones hayan sustituido las partituras sinfónicas; estas siguen tan activas como siempre, a mi parecer sólo se está siendo más incluyente a la hora de amenizar una película, suele suceder que la letra de la canción le da sentido a la trama de la película, aunque algunos afirmen que es simplemente para aumentar las ventas.
Los directores no escogen cualquier grupo o canción al azar, escogen temas y agrupaciones serias, como en el caso de Radiohead, cuyas algunas de sus canciones han sido bandas sonoras de varias películas, como por ejemplo en “And They Live Happily Ever After”, en la escena donde hay una clara tensión entre los dos personajes (interpretados por Johnny Depp y Charlotte Gainsbourg), que se conectan mediante la canción “Creep”, logrando una escena memorable, hermosa y llena de sentimiento.
No hay que verlo como algo superfluo, más bien como algo interesante, bello; porque el uno refuerza al otro y resalta de una manera magnifica el arte.