Terminator, Dark Fate (2019). Intenta regresar a los orígenes del género, a pesar de los huecos argumentales y las casualidades, estremece acompañar a los nuevos héroes auxiliado por los antiguos vencedores y vencidos en Terminator de 1984 y Terminator: Judgment Day de 1991.
Ya he visto la nueva película de Terminator: Dark Fate estrenada desde el fin de semana pasado. Con altas expectativas y esperada por la mayoría, he decidido dar mis impresiones.
La trama de la cinta es muy simple, básicamente, repiten la fórmula de las primeras películas ahora con James Cameron como Productor y Tim Miller como Director.
Sinopsis
Sarah Connor (Linda Hamilton) y Grace (Mackenzie Davis), una híbrido de cyborg y humano, deberán proteger a una joven del Rev-9 (Gabriel Luna), un nuevo Terminator que viene del futuro.
La premisa es básicamente la misma que las primeras dos películas, un robot del futuro para buscar y eliminar a un humano.
También un robot enviado del futuro para proteger a ese mismo personaje.
Esta secuela resalta la humanidad de los personajes principales Sarah Connor y T800 con sus vidas paralelas que se vuelven a unir.
Lo triste es la ausencia total de John Connor que interpretó Edward Furlong en la secuela de 1991.
También la falta de respeto con que se trata a este personaje en esta secuela, se le da sepultura, se le exilia de toda participación y con una muy lamentable exclusión,
Inconsistente
A pesar de todas las secuencias de acción, la inconsistencia del guión, las casualidades y los hechos fortuitos, la película es entretenida.
Pero sin alcanzar la plenitud artística y narrativa de las primeras entregas. Se queda muy por debajo del esplendor de las anteriores.
Y los efectos visuales no son logrados con exquisitez. Aunque maneja la tensión a lo largo de la cinta y ciertos guiños sobre la historia original.
La tensión y emotividad sobresalen de repente sobre las escenas de acción, lo que resulta más un drama de robots y humanos, que una cinta que lleva el nombre de Terminator.
Falla en las reglas propuestas desde el inicio al universo, que constantemente rompen en la cinta, múltiples veces.
Pero funciona por la nostalgia de traer de nuevo personajes conocidos insertados en la nueva realidad.
El regreso de Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger como Sarah Connor y T800 respectivamente es emotivo y brillante.
Donde nos muestran la fragilidad, nosotros mismo nos vemos reflejados en ese envejecimiento y aislamiento de los personajes.
Como la tecnología se vuelve obsoleta conforme avanzan los años y se descubren nuevas posibilidades.
Mackenzie Davis y Natalia Reyes con la cuota de género y de inclusión, la película se somete por la fuerza ante el empoderamiento femenino.
Es innecesario que la película se sostenga por eso, pudiendo hacerlo sutilmente, siendo referente los temas del empoderamiento y la inclusión, sin que sea parte fundamental de la trama.
Descanse en paz
Terminator Dark Fate es el punto final para los dos primeras entregas, siendo, probablemente, para darle un nuevo rumbo.
Las desventajas es la exclusión de John Connor, que era el espíritu de la saga después de Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger.
Así como culmina en esta cinta con un cierre para los personajes centrales de las primeras películas, lo es también para John Connor.
Lamentable el final que se le concede, una falta de respeto, pues la cinta peca al querer revivir la saga con una frescura necesaria.
Pero respetando la premisa y devolviendo al espectador una cinta explosiva, emotiva por momentos, nostálgica y potente.
Sin embargo para provenir de una de las sagas más brillantes e influyentes de la ciencia ficción como lo es Terminator, queda muy por debajo de sus predecesoras.
Pero muy por encima de Terminator 3 (2003), Terminator Salvation (2009) y Terminator Genesis (2015).
La película funciona para fans de la saga, es más respetuosa pero menos compleja, sin embargo abre el camino para retomar la saga con nuevos personajes y una historia de complejidad narrativa.
Por lo pronto cumple, es entretenida, vibrante, emotiva, nostálgica y por ratos muy divertida. Sin ser demasiado.
Aún con las grandes fallas en el guión que no tienen explicación y carecen de lógica, se disfruta plenamente como entretenimiento predecible.
Con buenas dosis de acción, explosiones y locura de principio a fin.