La década de los noventa ha sido una de las mejores épocas para el mundo de los autos, pues los fabricantes vivían en un mundo de extravagancia y gastos desmedidos.
Estas condiciones permitieron que la marca británica Jaguar, desarrollara un auto de competición, pero ideal para las calles de la ciudad.
La historia del XJR-15 comenzó con la victoria de Jaguar en las 24 Horas de Le Mans en el año 1988 con su superauto, el Jaguar XJR-9.
Después de la victoria, la marca británica decidió desarrollar un auto con la misma plataforma y con carrocería de fibra de carbono pero que pudiera ser usado fuera de las pistas.
Así nació el Jaguar XJR-15, un auto del que solo se fabricaron 53 unidades y cada una numerada.
La marca inglesa le montó un motor V12 de 6.0 litros con una potencia de 450 caballos de potencia. Gracias a esta configuración, el auto podía alcanzar los 100 km en menos de 4 segundos y una velocidad máxima de 307 km/h.
Para lograr estas cifras, XJR-15 debía ser lo más parecido al XJR-9. Por eso, el interior carecía de todo lujo y comodidades.
La consola central hecha a mano y completamente de fibra de carbono, no hay radio y las ventanas no podían bajarse.
A pesar de esta austeridad, el XJR-15 se vendía por 1 millón 200 mil dólares.
Más motor
En algún momento, alguien dentro de Jaguar decidió que las características mecánicas aún se podían mejorar y apretaron un poco más las tuercas.
Desarrollaron el Jaguar XJR-15 LM. El principal cambio fue en el motor, esta vez un V12 de 7.4 litros y una potencia de 700 caballos.
Además del motor, la versión LM se distinguía por un alerón trasero más grande y una toma de aire sobre el techo del auto.
De este modelo solo se fabricaron 5 unidades y se vendieron por solo 1.4 millones de dólares.