Fred Astaire, el mejor bailarín del mundo

“No sabía actuar. Era un poco calvo y bailaba un poco” dijo Fred Astaire, el mejor bailarín del mundo, cuando audicionó por primera vez en Hollywood.

Fred Astaire, una vida dedicada al ritmo y al arte

Actor, cantante, coreógrafo y bailarín, Fred Astaire dedicó su vida al escenario. Hoy es recordado como la quinta mejor estrella masculina de todos los tiempos y el mejor bailarín del siglo XX. Nació el 10 de mayo de 1899 en Nebraska, Estados Unidos, y a los seis años ya movía su esqueleto en un vodevil junto a su hermana Adele.

Su nombre real fue Frederick Austerlitz Jr.. Aunque así seguramente lo llamaba su madre cuando se portaba mal, desde niño adoptó Astaire como apellido artístico. En 1917 debutó en Broadway con Over The Top, y durante los años 20 conquistó también los escenarios de Londres.

De Broadway a Hollywood: el nacimiento de una leyenda

Obras como Funny Face, Lady Be Good, The Band Wagon y The Gay Divorcee conquistaron al público hasta que su hermana Adele dejó el dúo tras casarse con el hijo de un duque. Entonces, Fred decidió probar suerte en Hollywood.

El día de su prueba para RKO Pictures fue un desastre. En su informe escribieron: “No sabe actuar. Ligeramente calvo. También baila”. Sin embargo, para 1933 ya trabajaba con Metro-Goldwyn-Mayer, debutando en Dancing Lady.

Ese mismo año apareció junto a Dolores del Río en Flying Down to Rio, donde conoció a su futura y legendaria pareja de baile: Ginger Rogers. Juntos filmaron 10 películas y se convirtieron en el dúo más elegante del cine musical.

Fred Astaire y su estilo inigualable

La elegancia de Fred Astaire fue comparada con la de Frank Sinatra. Su química con Ginger Rogers era puro magnetismo: clase, ritmo y una complicidad que traspasaba la pantalla. Aunque Rogers no era tan técnica, su seguridad y encanto conquistaron al público.

Su principal rival profesional fue Gene Kelly, protagonista de Cantando Bajo la Lluvia. Ambos representaban estilos distintos: mientras Kelly era vigoroso y atlético, Astaire era pura sutileza.

Fred innovó las películas musicales con dos reglas:

  1. Los bailes debían aportar a la trama.
  2. Las rutinas se filmaban en una sola toma.

Por eso, sus coreografías son auténticos actos de precisión visual. Más tarde, directores como Francis Ford Coppola cambiarían esa tradición.

El perfeccionista que marcó generaciones

Fred Astaire era un perfeccionista. Si debía repetir una rutina, la hacía exactamente igual, con los mismos tiempos, pasos y gestos. Aunque su voz no era potente, su suavidad y elegancia lo hacían inolvidable al interpretar.

A finales de los 50 se retiró del baile para dedicarse al teatro dramático. Su legado incluye 31 largometrajes y una influencia enorme en artistas como Bill Robinson, Gene Kelly y Michael Jackson, quien se inspiró en él para el videoclip de “Smooth Criminal”, recibiendo elogios del mismísimo Astaire.

El adiós de Fred Astaire

Todo tiene su fin. El de Fred Astaire llegó el 22 de junio de 1987 a causa de una neumonía. Su última frase fue tan elegante como él:

“No quería irme de este mundo sin saber quién era mi sucesor. Gracias, Michael.”

Un legado que sigue bailando en la memoria

El legado de Fred Astaire sigue vivo en cada musical, en cada paso elegante que busca unir el arte con el alma. Fue un hombre que convirtió el movimiento en poesía y el cine en una pista de baile eterna.

Cada generación lo redescubre y vuelve a enamorarse de su magia, porque Fred Astaire no solo bailó… hizo que el mundo bailara con él.

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