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Marine Francen debuta como directora en una Oda costumbrista y rural, se acerca más a la fábula moral, que a la distopia futurista, inicialmente planteada. Retrata la fragilidad y la fortaleza de la mujer.
Sinópsis
Es 1852 en París Francia Luois Napoleon Bonaparte ha proclamado un Golpe de Estado, en su intento pro prevalecer en el Poder decide mandar a capturar a todos los hombres de Francia y desaparecerlos.
Las mujeres se quedan solas y se cuestionan ¿Qué pasará? No quieren ausentarse, se sienten aisladas pero con sentido de pertenencia.
Entre las mujeres prometen que si un hombre llega deberán compartirlo para así mantener su naturaleza, como una forma de predominio.
Esa es la premisa de “La Mujer Que Sabía Leer” o “Le Semeur”, en su idioma original.
Así surge la premisa de «La mujer que sabía leer» de la directora Marine Francen quien también es guionista del proyecto y quien debuta en esta cinta como directora.
Se suman artistas de la talla de Pauline Burlet como Violette, Géraldine Pailhas como Marianne, Alban Lenoir como Jean.
Fragilidad y Poder Femenino
«La mujer que sabía leer» Es una oda costumbrista, se acerca más a la contemplación rural y campesina, que a la distopía planteada inicialmente.
Aunque una idea bastante interesante se desperdicia rápidamente al parecer, sin encontrar la forma de construir personajes, momentos y profundidad.
Francen expone la fragilidad de la mujer como un ser desvinculado y emocional, se aparta de la construcción y se aferra a la crítica y la probabilidad.
Lo que inicialmente arranca como una sorpresiva propuesta, decae conforme avanza en un feminismo que se antepone a la profundidad.
La directora peca en su novatez para lograr momentos trascendentales, más allá de una fotografía natural y majestuosa, lo que el guión no logra construir.
La cinta se afianza a la crítica, elabora la potencia femenina como bandera esencial para construir una sociedad. Pero crea solo especulación y abre muchas preguntas, que no obtienen respuesta.
Basada en Hechos Reales.
Marine Francen decide enfocarse en esta historia que está basada en la obra de Violette Ailhoud escrita en 1919 a los 84 años de edad y publicada hasta el 2006. De corte autobiográfico. En ella, Violette describe cuando su pueblo en verdad se quedó sin hombres, por las guerras.
Para apoyar la narrativa de la conquista femenina sobre el hombre, y plantea la posibilidad si desde la época en que desarrolla la historia el poder dominante hubiera sido solamente de las mujeres.
Repele al hombre como protagonista, ya que la mujer existe en abundancia y reduce al género masculino a un personaje mínimo y aislado «Jean».
Sin embargo en ese aislamiento se producen aspectos más profundos, que no alcanza o no quiere explorar la directora. Desaprovechando elementos de mayor complejidad.
Aunque la historia al final redunda en las relaciones humanas como parte fundamental del proceso evolutivo de la sociedad.
Deja a la reflexión con un epílogo poético que redacta el personaje masculino y plantea el debate; ¿Hasta que punto una sociedad puede prescindir de sus propios hombres y mujeres?
El título que da nombre a la cinta, hace referencia a Violette, la única que sabe a leer, elemento que existe solo para vincularse con Jean.
Sin influir en el transcurso de la historia, la evolución o construcción de la narrativa o dar un giro a la trama.
Veredicto.
Marine Francen prefiere manejar el drama con tesitura, con lentitud para provocar la reflexión, para que cada idea se procese a través de la mesura.
La fotografía es excepcional, dejando para después la crítica social y la posibilidad de responder muchas de las preguntas que la cinta deja sin resolver.
Una historia lenta, que inicia con una interesante premisa, pero divaga, dispersa en la construcción de personajes y que carece de crítica social.
Desperdiciada con elementos interesantes que se pierden en la superficialidad de las relaciones.