Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, instituido por la Organización Nacional de las Naciones Unidas en 1975, como una manera de recordar la lucha de la mujer por su participación dentro de la sociedad, en pie de emancipación y su desarrollo íntegro como persona.
Como lo dice su propio Manifiesto del 8 de Marzo, este día se trata de “un homenaje para todas aquellas mujeres que han luchado y luchan día a día por alcanzar una realidad en la que todas las personas gocen de los mismos derechos y oportunidades, y formen parte de una sociedad justa y equilibrada”.
Además, el texto remarca que “es necesario fomentar aquellas medidas dirigidas a la conciliación familiar, personal y laboral que favorezcan el acceso de las mujeres al empleo, y les otorgue una de las herramientas fundamentales para su plena integración en la sociedad, y que es disponer de autonomía económica”.
Así entonces, podemos ver cómo el 8 de marzo no es una fecha para “felicitar a las mujeres” por ser su día, más bien es una conmemoración que nos debe servir como recordatorio de todo el camino que han tenido que recorrer para alcanzar, de malas, derechos que honestamente ni siquiera tendrían que estar pidiendo.
El Día Internacional de la Mujer surge a finales del Siglo XIX, en medio de manifestaciones y huelgas de trabajadores, que exigían una jornada laboral de al menos diez horas y sueldos acordes con lo realizado. En 1909, en la ciudad de New York se realizó la primera celebración del Día Nacional de la Mujer.
La manifestación, fue un homenaje a la huelga general que se había realizado en el año 1908, en el que un grupo numeroso de mujeres, demandaba reivindicaciones salariales para ellas y sus compañeros de trabajo.
El suceso que dio popularidad al día, surgió como una conmemoración al accidente ocurrido en una fábrica textil, de New York en 1911. En el siniestro murieron más de 120 mujeres inmigrantes y 23 trabajadores, todos fueron encerrados en el lugar para que no pudieran escapar, debido a que no poseían un estatus de legalidad.
Las figuras militantes más activas, decidieron celebrar el día 8 de marzo como una bandera representativa de los derechos que debían gozar las mujeres y, mediante las manifestaciones y protestas, poder evitar que este tipo de sucesos volviese a ocurrir.
A lo largo de los años, como todo, esta conmemoración se ha ido actualizando, y de la mano de los diversos movimientos feministas ha servido como plataforma para exigir otros derechos, además del salario digno y paritario, como en su momento las sufragistas exigían su derecho a votar, la quema de sostenes de 1968, y más recientemente las protestas por la ola de acoso y feminicidios que se vive en toda América Latina, y su derecho al aborto.
Hasta ahora, las protestas más recientes en México han logrado la creación de normativas legales, como la Ley Ingrid, que sanciona con dos a seis años de cárcel a quienes difundan por cualquier vía imágenes de las víctimas mortales, especialmente de feminicidios, o comercialicen con esos documentos.
La Ley Olimpia, un conjunto de reformas encaminadas a reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, también conocida como ciberviolencia.
El derecho al aborto en todo el país, y por cualquier motivo en Oaxaca y Ciudad de México, hasta ahora.
Como estos ejemplos, hay decenas alrededor del mundo, logros feministas que fueron alcanzados a base de lucha, exigencia y protesta.