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Gene Kelly: Bailando siempre bajo la lluvia

Gene Kelly, uno de los mayores exponentes en el cine musical sigue en el recuerdo gracias a sus aportes al género.

Pocos son los bailarines memorables del cine que pueden llegar a compararse medianamente con Fred Astaire o Gene Kelly. En el caso específico de este último, sobresalir décadas después de su muerte es todavía un logro, más cuando se cuenta entre sus hazañas con el mejor musical de la historia, cosa que no se ha superado desde casi setenta años.

Gene Kelly
Gene Kelly. Foto: Alfred Eisenstaedt/Life Picture Collection.

Entre sus títulos nobiliarios, Kelly, aparte de haber sido un actor, director, coreógrafo, cantante y bailarín, era un licenciado en economía graduado, curiosamente, durante la Gran Depresión económica que azotaba los Estados Unidos en los años 30.

Este hombre oriundo de Pensilvania, y cuyo nombre de pila era Eugene Curran Kelly, tras haberse titulado y ejercido en trabajos que nada tenían que ver con su carrera, abrió una escuela de baile que con el tiempo y la buena suerte se convirtieron en dos. Satisfecho con su etapa de profesor, decide probar suerte en Nueva York, donde conseguiría el éxito en Broadway a base de mucha perseverancia.

Gene Kelly

El salto a la pantalla grande

Una vez conquistado el terreno teatral, acepta la invitación de hacer cine para la Metro Goldwing Meyer, solo después de que declinara la oferta de un importante productor, que no estaba interesado en musicales y quería que se enfocará únicamente a la actuación, cosa con la que estaba en desacuerdo. Su debut se da en la cinta “Por Mi Chica y Por Mí”, y su primer escena emblemática se da en “Las Modelos” (Cover Girl), una cinta de Columbia Pictures, con una ejecución coreográfica de perfecto ritmo y tiempo a duelo con su alter ego.

Una pausa obligada

Kelly se enlistó en 1944 al ejército durante la segunda guerra mundial, pero esto no significó en ningún momento que dejó de trabajar, sino todo lo contrario, estando en las tropas se dedicó a dirigir algunos documentales al respecto. Su popularidad siguió escalando y poco después colaboraría junto al astro bailarín, Fred Astaire.

Otra colaboración que marcó su carrera fue la primera vez que trabajó junto a Frank Sinatra en la cinta “Levando Anclas”, en la que Gene interpreta un número musical acompañado de Jerry, de los dibujos animados de “Tom & Jerry”.

Su segunda colaboración con Sinatra se dio en “Un Día En Nueva York” (On The Town), un largometraje dirigido por Kelly y el primero en la historia en utilizar escenas de exteriores reales. Su gran éxito en pantallas fue la película “Un Americano en París”, que le otorgó un Oscar honorífico por su carrera.

Y a pesar de que su siguiente película fue cumbre en su carrera, ésta no se vio tan aplaudida debido al éxito de “Un Americano en París”; pero con “Cantando Bajo La Lluvia”, Gene Kelly se consagró, dejando en su currículum el orgullo de haber dirigido, actuado y coreografiado la producción que después se conocería como “el mejor musical de todos los tiempos”. La escena más famosa de esta cinta ha sido tributada en otras películas como “La Naranja Mecánica” y “Robots“.

https://youtu.be/D1ZYhVpdXbQ

El final del camino

Su último proyecto ambicioso fue “Invitación a la Danza”, un filme que dio paso a su declive profesional del que no se recupera sino hasta que dirige a Barbara Streisand y Louis Armstrong en “Hello, Dolly”. Esta sería su último proyecto antes de quedar viudo y hacerse cargo de sus dos hijos. Debido a esto solo intervino en televisión y algunos trabajos que no lo sacaran de California.

Su último trabajo emblemático, pero no oficial, fue junto a Olivia Newton en “Xanadú”. Que si bien, la cinta no fue un éxito, su colaboración fue muy aplaudida. Tiempo después, el American Film Institute lo homenajeó con un premio a su carrera. Lamentablemente Gene Kelly falleció el 2 de febrero de 1996, dejando tras de sí una carrera única e incomparable.

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Alberto Perea

Melómano por herencia; bailarín frustrado y con dos pies izquierdos; un vago sin remedio; escritor de dudosa calidad; redactor que olvida comas y acentos; baterista hasta cuatro compases; poetastro (de esos que apestan); cantante de regadera; director de cine y teatro en sus sueños; Pero eso si, a toda madre el vato.

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