Si te has preguntado porqué julio y agosto tienen 31 días, la respuesta está en la historia antigua, la que habla de grandes civilizaciones.
Si hay algo de lo que últimamente me ha encantado hablar es de los famosos síntomas del ardor; muchos no los conocen, pero todos los han experimentado una vez en su vida. Primero lo primero, un día, viajando en una nube y viendo sobre qué diablos escribir, me dio por abrir el calendario que pone a mi disposición el Windows.
Repentinamente vi que el mes de agosto tiene 31 días; ello no supondría un problema, si no fuera porque julio igual tiene 31 días. A partir de ese momento, llegó a mí una duda casi existencial, eso por debajo de temas tan importantes como el porqué los perros de las aduanas detectan drogas si se supone no se dopan… o sí…
Como sabemos, el tiempo es tan impreciso que nuestra manera contarlo hace que cada cuatro años se le agregue un día a febrero. Y si a alguien podemos culpar no es precisamente a febrero. De hecho, febrero tenía 29 días antes del terrible caso de ardor.
Según se sabe, la razón de estos fenómenos es el mismo Julio Cesar, aquel hombre que fuera emperador de Roma incluso antes de que Jesús de Nazaret naciera.
En aquella lejana época en que Julio era un emperador, mandó a nombrar al mes en que nació, por aquel entonces llamado quintilis, como su propia persona: julio. La gente aceptó esto sin hacerla de tos y la vida continúo su rumbo.
Sin embargo, al único a quien no le pareció tal decisión fue al sucesor del trono, Octavio, sobrino-nieto e hijo suyo; mismo que se puso como nombre el de Cayo Julio Cesar Augusto, nomás porque eso de Cesar era ya un título nobiliario que usaban los mandatarios del antiguo imperio.
Un día cualquiera, Augusto tuvo una rara ocurrencia y mandó a registrar igual un mes con su nombre y con la misma cantidad de días; por lo que sixtilis pasaría a llamarse agosto y mandó al carajo el intercalar entre meses la cantidad de 30 y 31 días.
De hecho es por su culpa que febrero sea el mes más buleado del año, nomás por el ardor del Augusto este…
…Y así se resolvió mi crisis existencial.