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“Luz de Invierno” de Ingmar Bergman

“Luz de Invierno” es una película del director Sueco Ingmar Bergman estrenada en 1963, que plantea como una paradoja filosófica la pérdida de la fe, la duda y la inexistencia de Dios a través de un retrato íntimo y de introspección conmovedor.

“…Deposité mi fe en una imagen improbable y privada de un dios-padre, uno que amara a los hombres, pero a mi mas que a todos. ¿Puedes ver el monstruoso error que he cometido? Cada vez que confronté a Dios con las realidades que percibía, se volvía en algo feo y repugnante. Un Dios araña, un monstruo.”
Tomas Ericcson, Luz de invierno, 1963

También se le conoce como “Los comulgantes”, “The Communicants” o “Winter Light” en idioma original se titula “Nattvardsgästerna”. Es la película escrita y dirigida por Ingmar Bergman en 1963 entre el drama y con pequeños tintes de simbolismo. Ganadora de “La Espiga de Oro” a mejor película en 1966 y el National Board of Review la incluyó en el Top de mejores películas extranjeras en 1968.

La trama de la cinta se enfoca en Tomas Ericsson, un pastor que celebra Misa en la Iglesia de Mitsunda. Un día recibe a algunos de sus comulgantes al finalizar la misa, y se da cuenta que no puede devolverles la fe, pues él mismo la ha perdido. A través de su introspección, de diversas situaciones y un planteamiento psicológico que el personaje principal debe enfrentar para recuperar su fe, se pone de manifiesto una serie de cuestionamientos a la fe, a las creencias, los dogmas y sobre todo en el poder de lo divino y su existencia.

El planteamiento de Bergman radica en la intimidad que ofrece a la cinta, en una fotografía pulcra (Sven Nykvist) en blanco y negro, que acerca al espectador al drama del protagonista y se aleja de sí mismo, para entender y comprender sus dudas existenciales, ya que a través de los ojos de Tomas Ericsson nos vemos reflejados cuando, como rebeldes, cuestionábamos indistintamente todo aquello que se nos imponía sin justificantes, en esa tesitura, Tomas es un rebelde, más que un desesperanzado, porque aunque radicaba con una fe imprescindible y una disciplina para aconsejar a aquellos que también la habían perdido.

La pulcra fotografía de Sven Nykvist explora la frialdad, la soledad, la angustia y esa necesidad de encontrar calidez, cuando todo se muestra invadido por el invierno, y al mismo tiempo compone una metáfora poética y aterradora.

Luz de Invierno
“Luz de Invierno”, Svensk Filmindustri.

Bergman cuestiona con crítica profunda, quizá con resquicios de filosofía existencialista, cuestiona la moralidad y el avance de la fe, pero que desnuda al hombre ante la creencia dogmática que se desmorona. Y es que Tomas en su interior, absorto en su su vacío existencialista, carece de motivación para devolverle la fe a otros, y es entonces, que debe iniciar un viaje interno a través de las situaciones externas que le van poniendo a prueba, quizá de manera anticipada o como producto de su creencia en detrimento.

Porque Bergman a través de Tomas, que resulta ser un viajero de las emociones y de la búsqueda de su propio camino, sin ignorar su vacío existencial, diseñando así, una introspección de su condición humana y frágil, a partir de ese vacío existencial que descubre su origen y destino, pues rememora que fue lo que lo llevó a ese sitio y como ha sabido adaptarse, entregando fe y devolviendo la creencia.

Tomas Ericsson es un viajero de emociones y de la búsqueda de su propio camino, sin ignorar su vacío existencial, diseñando una introspectiva de su condición humana y frágil, ante lo divino.

A través de Tomas Ericsson se percibe la angustia, el abandono y la soledad que experimenta y plantea, por una parte afronta el abandono de dios, el invierno como temporal, es también un simbolismo de la frialdad de la humanidad, especialmente, esa insoportable algidez de Tomas que había derivado de todo alejamiento de Dios ante un silencio cómplice de todo lo que creía. La película retrata un planteamiento existencialista, muy en el pensamiento de Nietzsche, Albert Camus o E. M. Cioran que se inclina hacia el lado de la duda y el pesimismo.

Sobre todo en la figura de Nietzsche quien había planteado como principal filosofía “Dios Ha Muerto” y cuya obra es una constante crítica hacia la religión y la moralidad, presentando al hombre como un individuo solo y abandonado que es dueño de sí mismo y de su destino, Albert Camus también lo había planteado así, a través de su novela “El Extranjero” y en su ensayo sobre lo absurdo de la existencia “El Mito de Sísifo” y “El Hombre rebelde” que delimita la conciencia del hombre a partir de su libertad para decidir y elegir su destino, como único ente individualista y egoísta, enfrentando también, al pensamiento de Cioran que generalmente se enfoca en el pesimismo y lo realista a través de aforismos que expresan la soledad, el abandono, la realidad y la vida sin ningún sentido, como en su siguiente aforismo:

“El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.”

La condición humana y frágil de Tomas se contrapone ante la fuerza divina e inexplicable que parece esconderse con malicia de los cuestionamientos y de esa necesidad de búsqueda, pero ante esa inactividad, Tomas no abandona, no se aleja, si no que él mismo encuentra consuelo también humano y frágil y es lo que lo va definiendo, porque a pesar de la angustia, el abandono y la crudeza de su realidad, en el fondo de su alma, anida una esperanza y un toque de luz entre tanta frialdad invernal.

Una breve luz cálida que le dará abrigo, ante el invierno que se expande a su alrededor.


Luz de Invierno
“Luz de Invierno”, Svensk Filmindustri.

Título original. Nattvardsgästerna (The Communicants)

Año. 1963

Duración. 80 min.

País Suecia Suecia

Dirección. Ingmar Bergman

Guión. Ingmar Bergman

Música. Evald Andersson

Fotografía. Sven Nykvist (B&W)

Reparto. Ingrid Thulin, Max von Sydow, Gunnar Björnstrand, Gunnel Lindblom, Allan Edwall, Kölbjorn Knudsen, Olof Thunberg, Elsa Ebbesen, Tor Borong, Bertha Sannell

Productor. Svensk Filmindustri (SF)

Género. Drama | Religión. Vida rural. Drama psicológico

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Prince W. Cantodea

Escritor desde 1999. En LookingBack desde 2018. Novelista y guionista. He escrito 3 novelas, un poemario, 14 cuentos, 3 ensayos y 4 guiones de cine. Publicado en varias revistas y diarios de México y España.

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