“Marguerite” es una película dramática francesa del 2015 dirigida por Xavier Giannoli; ésta expone las consecuencias de la mentira, la moralidad, el egoísmo y la necesidad de reconocimiento.
Sinopsis.
Era Francia de los años veinte. Marguerite Dumont mejor conocida como ”La Baronesa de Dumont” una mujer adinerada y excéntrica, apasionada de la ópera, crea un grupo de música denominado ”Club de Canto Amadeus”, durante años ha cantado para ellos, su único círculo de amigos, a pesar que Dumont canta terrible, todos siguen alimentando su fantasía y elogian sus presentaciones, hasta que un día, decide cantar para un público distinto y la prensa comienza a hablar de ella.
“Marguerite” es una película francesa dirigida por Xavier Giannoli en el año 2015. Ganadora al Premio César, presentada en el Festival de Venecia y el festival de Sevill.
Miedo a Ser Invisibles.
En la edición de Octubre del 2014 en el diario “El País” Xavier Guix publica “Miedo a ser invisibles” que explica a partir de la psicología la necesidad de ser reconocido y cómo nos percibe la gente que nos rodea, también la necesidad de mostrarnos u ocultarnos, en ese texto Guix menciona que para algunos existe una necesidad de ser el centro de atención y para otros es mejor estar ausentes para algunos perciben su vida en torno a ello, de ser reconocidos, hasta el grado de obsesión.
En relación a ese sentido de reconocimiento, existe también el modelo de las sociedades para escoger quienes forman parte de ella; y quien no debe congregarse en ella, para muchos antes que la indiferencia, es necesario obtener un reconocimiento negativo antes que pasar inadvertido.
A propósito de este texto que viene con relación a sentirse reconocido y como esa necesidad puede conducir a las personas a ser extraordinarias o irracionales ante esa necesidad. Así es “Marguerite” que desnuda la psicología de esa necesidad para ser reconocido; ante el miedo de perderse, de se ignorada pues vale más para Dumont un reconocimiento negativo que pasar inadvertida por la vida.
¿Es acaso que Xavier Giannoli nos acerca a la psicología con un personaje extravagante como Dumont para exponer a modo de exageración como a veces queremos alcanzar la fama a través de métodos cuestionables?
Quizá Marguerite Dumont es esa necesidad latente de ser el centro de atención y que algunos no queremos admitir, no por nada sentimos esa empatía por su tragicomedia y a pesar de toda la adversidad durante su trayecto no pasa inadvertido su canto, convirtiéndose en una oda a lo que aspiramos y soñamos.
La Fantástica Mentira.
La película se divide en cuatro capítulos, en analogía a las oberturas operísticas a quien la cinta le rinde un homenaje e intenta ser una comedia dramática que se alza como una ópera en cuatro actos. Giannoli retrata de manera sobresaliente la mezquindad humana, la ilusión y la pasión que se mezclan para lograr una fábula que van uniéndose entre mentiras y vilezas, las cuales, se ponen en dilema al acercarse a la única bondad que atemperar el dramatismo y la bestialidad del hombre.
La cinta plantea un dilema moral e individual.
¿Mentir para hacer feliz a una persona o decir la verdad aunque eso mate sus sueños?
Como escribió Carlos Ruiz Zafón:
”Hay pocas razones para decir la verdad, pero para mentir las razones son infinitas”.
Xavier Giannoli, director y guionista, nos muestra la reverencia por lo suntuoso, a través de la exposición de la vida adornada por el arte y la parafernalia, estéticamente bien cuidada, precisa en el desempeño del escenario y de la temporalidad donde se desarrolla la película, sin parecer plástico o vulgar, los escenarios elegidos de contornos fríos que se acoplan con las vidas rutinarias y actúan como meros adornos, lo que debe asimilarse como un contraste evidente entre el lujo de lo material y lo artificial de cada individuo que acompaña a Dumont en cada escenario.
A través de un espectador ajeno y en su imparcialidad como observador de todo lo que ocurre, comienza a descubrir una serie de engaños y de los cuáles ninguno queda libre de culpa, mienten, engañan y se mienten a sí mismos, Giannolli nos muestra una condición humana que si en su naturaleza básica es vileza pura, en la condición que se muestra en ”Marguerite” se refleja ternura y cierta bondad con esta mentira, que aunque no deja de ser engaño, Dumont es feliz viviendo esa compleja mentira.
La fantasía de Dumont
Pero Dumont vive feliz en su fantasía, como si se tratase de una obra de teatro dentro de una película, pues todos alrededor de Marguerite, actúan conforme deben, para alimentar más su fantasía y viven engañando. Los escenarios son fríos y casi siempre desoladores, un contraste mortal entre el rebosante color de Marguerite que vive y se mantiene viva gracias a su fantasía y su sueño de ser cantante de Ópera. A pesar de la opulencia material los personajes conviven con una pobreza abrumadora, cuya única razón para sentirse nuevamente vivos es mantener la misma mentira intacta y alimentar esa fantasía, aunque, en algún punto de su conciencia se debatan ante su moralidad.
¿Es preciso aprender a sacrificar la propia felicidad para evitar la infelicidad?
Georges que es el esposo de Marguerite, constantemente, se debate en un dilema moral. ¿Si te amo demasiado debo mentirte para que seas feliz? o ¿Porqué te amo demasiado debo decirte la verdad aunque sufras por ello? Y es que en su moralidad dubitable, no sólo alimenta la fantasía de su esposa Marguerite al mismo tiempo, guarda secretos; por los cuales miente con la misma inmoralidad, lo que refleja que a partir de una mentira pueden venir otras como consecuencia de cuidar la primera.
Giannoli elabora metáforas visuales preciosas, con precisión y hermosa fotografía; dando al metraje una profundidad narrativa compuesta de simbolismos, uno de ellos manifiesta a lo largo de la cinta, la fantasía que se oculta detrás de los escenarios creados para sus sesiones fotográficas, moldeados para su lucimiento, mientras en otro extremo la vida real es compleja e imperfecta.
Es algo que Dumont desconoce porque vive inmersa en una fantasía hecha para su felicidad; en el confort de su ideal imaginario; percibiendo una realidad alterna en la que se siente imponente, gloriosa y dominante; como lo mencionaba Xavier Guix acerca de la psicología sobre la necesidad de reconocimiento, aún cuando caiga en el rechazo de quienes antes la apoyaban.
En su mentira, Marguerite se siente cómoda y empieza a abundar en alegría y gloria; gracias a su encanto, por ahora Georges, que convive con esa alegría repentina y en creciente dicha de su esposa, empieza a ser solitario e infeliz en la complejidad de su mentira; que empieza a creer que ya no debe mentir, pero a ¿costa de dejar infeliz a su esposa?.
Y el relato se condensa entre la inmoralidad y la moralidad; entre la infelicidad y el egoísmo, emociones y sentimientos que se conjugan en una naturaleza humana que logra mostrarse inhumana. Complicando la existencia de algunos pero simplificando la vida de Dumont.
Pero Marguerite que es ajena a su realidad; entiende su fantasía; gira en torno a los personajes que la elogian; vive en torno a su sueño imposible, se alegra de su triunfo inexistente y se regocija de su mentira que la mantiene viva. Como si a la vez, fuera ella quien engaña y seduce; pues transforma todas sus adversidades en un engaño que al final resulta alentador y su único aliciente de vida; como dice Georges: ”La vida ofrece dos soluciones, podemos soñarla o podemos alcanzarla”.
Concluyo con la frase de Lauren DeStefano, que simplifica todo el filme de ”Marguerite” en una sentencia: