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Pidiendo posada

A partir del 16 de diciembre empiezan las posadas, y es hasta el 24, justo cuando terminan.

¿Quién no disfruto de cada posada?, en familia, con los vecinos, con un ambiente totalmente de alegría, de fiesta y de mucha tradición.

Cantando la tradicional letanía pidiendo posada. Foto: Internet.
Cantando la tradicional letanía pidiendo posada. Foto: Internet.

Las posadas son una serie de festividades que se llevan a cabo en México desde tiempos de la Colonia. Su origen es de carácter religioso, en el que se representa el peregrinar de José y de María en su camino a Belén, pero desde finales del siglo XVIII forman parte de la cultura popular al ser organizadas por las familias.

Estas representaciones se conforman de nueve posadas, que se inician el 16 de diciembre, y consisten en solicitar alojamiento en ese simbólico camino a Belén hasta el 24 de diciembre, víspera del nacimiento de Jesús.

Anteriormente, se organizaban en cada edificio, en cada casa, se juntaban y quedaban de acuerdo en que haría cada familia; a unos les tocaba la piñata, a otros el ponche, otros más los aguinaldos; que son bolsitas llenas de dulces, que se reparten para todos los niños.

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¿Un jarito de ponche? Foto: Gilberto Villasana.

Las posadas consistían en cargar los peregrinos, cantando una letanía, que era respondida; por un lado estaban los que les tocaba adentro de la vivienda y por el otro, los que estaban afuera y eran los que pedían la posada.

Todos con velita encendida en mano, y aquí, era cuando ocurrían los accidentes, si, todas las niñas que por lo regular tenían el cabello largo, eran sorprendidas por los niños, obviamente, maldosos, que con tan solo pasar o rosar la vela encendida por el cabello, pues era lógico, que éste de inmediato se prendiera.

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¡Cuidado con las velas! Foto: Joseph Sorrentino. San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, 2018.

Llevábamos nuestro regaño, eso no podía faltar, pero de que nos divertíamos, pues nos divertíamos.

Siguiendo con la letanía, unos cantaban y los otros respondían, así durante un tiempo y luego viene la letanía final, para entonces hacer pasar a los que piden la posada, y se canta una más en conjunto, ya todos adentro de la morada.

La idea de cargar a los peregrinos es la representación que se hace en memoria de José y de María, cuando dan a luz a su hijo Jesús. Y los acompañantes son los peregrinos que piden por él.

Al término de dicho peregrinar, viene lo bueno, que es comer, romper la piñata, tomar el ponche y disfrutar de la compañía de todos.

Te tocó cargar los peregrinos
¡Dale, dale dale! ¡No pierdas el tino! “La Piñata”, Diego Rivera, 1953.

La piñata tradicional es la de siete picos; la estrella, pues es el significado de los siete pecados capitales, y al romperla es porque estamos haciéndolos añicos, estamos en contra de esos pecados capitales.

El ponche, es de frutas de la época; muchas son las maneras en que cada familia lo prepara o le pone una u otra fruta, pero a todos les sale exquisito.

La tradición es el recorrido, la letanía, el significado del nacimiento de Jesús, la unión familiar, el festejar que hay un año más.

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