“Evil Dead” es una película de terror de 1981 escrita y dirigida por Sam Raimi. Una cinta icónica en el cine de terror serie B.; un relato sobrenatural, aterrador y enloquecedor.
Con el lanzamiento de la serie “Ash Vs. Dead” (2015) y el regreso de Bruce Campbell, que consolida la franquicia y regresa su principal atractivo.
Así como los múltiples elogios de la crítica y la audiencia, teniendo en la dirección a su creador de las películas en la década de los ochentas.
Es indispensable recordar la película que dió origen a secuelas, una serie, un remake en 2015 y que diseño el cine de terror de serie B.
Sinopsis
Cinco chicos van a pasar el fin de semana a una cabaña perdida en un espeso bosque en las montañas de Tennessee.
Una vez instalados, y cuando se encuentran cenando, la trampilla que da acceso al sótano se abre de golpe.
Extrañados, deciden bajar a investigar. Allí encuentran un magnetófono, un extraño cuchillo ritual y un libro antiquísimo.
Sobrenatural y grandilocuente
Para el diario The Guardian, la película “Evil Dead” es considerada entre las 23 mejores cintas de terror de todos los tiempos.
Y es que su grandeza fílmica radica en los recursos estilísticos, generalmente, son visuales y artísticos sin pretensiones, con naturaleza mórbida y abismal locura.
El estilo de la cámara que definió al cine de horror y con una influencia del terror japonés el el manejo de la cámara y el uso de ángulos asimétricos para sugerir la presencia del mal.
Por lo tanto se considera con una violencia explícita y un decorado bastante simple pero efectivo, que a veces lo decorativo se vuelve sorpresivo y agresivo.
Otra cosa a resaltar es el humor negro que maneja Raimi, como en otras de sus cintas, considerada entre las primeras obras de arte cómico-trágica.
El héroe dubitativo
Para Sam Raimi la narrativa visual es imperante sobre la trama o la selección de personajes y sus acciones.
Por eso suele regodearse entre una atmósfera fantástica, cómica y trágica, que ha sido referencia en diversas producciones similares.
El héroe Ashley “Ash” J. Williams (Bruce Campbell) que debe combatir a una horda de demonios que han poseído a sus amigos, así, en esa dicotomía.
Así debe elegir la forma más eficiente de aniquilar a sus propios amigos convertidos en seres poseídos por el mal.
Ese ordinario heroísmo que se convierte en duda, sin embargo, también se vuelca como un hombre fortalecido, pero despojado de toda fe.
Solo se reduce a un festín de violencia, sangriento, un relato tétrico y desorbitado que se descompone hasta la locura.
