¿Qué tienen en común una mujer negra madre soltera que estudiaba arte en Nueva York, viviendo en la pobreza y una mujer típicamente americana, madre de cuatro hijos, esposa, periodista y viviendo en la opulencia?
Esa es la idea de esta serie de Amazon, original de Hulu, basada en el bestseller de Celeste Ng de 2017.
Aquí puedes leer la reseña completa del libro en el New York Times.
Sinópsis
En un plácido suburbio de Ohio vive Elena (Reese Witherspoon), una periodista local que sigue las reglas meticulosamente y que ayuda a mantener el orden en Shaker Heights, al mismo tiempo que intenta sacar adelante a su familia.
Está casada con Bill Richardson (Joshua Jackson) y tienen 4 hijos: Lexie (Jade Pettyjohn), Izzy (Megan Scott), Moody (Gavin Lewis) y Trip (Jordan Elsass).
Cuando Mia (Kerry Washington) y su hija Pearl (Lexi Underwood) se convierten en inquilinas de Elena, las dos mujeres chocan, pero sus hijos se hacen amigos.
Ambas mujeres guardan secretos y esos secretos, aunque tienen algo en común, las harán unirse primero y, al final, confrontarse.
Un fuego íntimo y universal
“Little Fires Everywhere”, como indica su título, es como un pequeño incendio que comienza con un breve fuego y que, conforme avanza, se va extendiendo y consumiendo todo.
Así como esa metáfora con la que arranca el primer episodio: ver el fuego, acercarse al fuego y que todo se consume dentro de él.
Elena observa cómo su casa se incendia y el fuego destruye todo. Hay en esa simbología del fuego un fuego originario y un fuego destructor.
De acuerdo con el tratado de Gastón Bachelard sobre el Psicoanálisis del fuego, explica que el fuego es un fenómeno privilegiado:
“Si todo aquello que cambia lentamente se explica por la vida, lo que cambia velozmente se explica por el fuego. El fuego es íntimo y es universal.”
Gastón Bachelard, El psicoanálisis del fuego, pág. 16
A partir de un fuego pequeño e íntimo, se produce la destrucción de todo lo conocido y por conocer.
En “Little Fires Everywhere”, todos los fuegos a los que hace referencia el título son íntimos pero universales, principalmente porque explora vidas ordinarias y comunes que se van acercando al fuego o que inician su propio incendio.
La paradoja del fuego
La serie se auxilia de recursos narrativos, de la profundidad psicológica de sus personajes y de la acumulación de emociones para desbordar la tempestad durante el clímax de la trama.
Otras subtramas adyacentes le dan riqueza a la trama principal, fortaleciéndola con temas sociales como el aborto, el racismo, los privilegios de las clases altas, la pobreza y la exigencia de la sociedad.
Nos situamos en 1997, pero conforme la serie avanza, los dos personajes principales, uno misterioso y enigmático de quien se desconoce su pasado, Mia, y por otro lado, la exigente Elena, aparentemente perfecta, de quien suponemos saberlo todo excepto su pasado, juegan con la temporalidad de su propia historia, entre un presente rumbo al caos y un pasado que parecía recomponerse.
Ambas vidas tan diferentes terminan uniéndose. ¿Acaso tendrán algo en común? Se confrontan en un presente que nos llevará a explorar su pasado, y esa pugna las llevará a definir la maternidad de acuerdo a sus experiencias personales.
¿Cuál es el origen del fuego?
Elena Richardson es la típica mujer exigente, ordenada y obsesiva al punto de lo absurdo, mientras que Mia Warren es una mujer negra, desordenada, madre soltera, pobre y artista de tiempo completo.
Para Elena, ayudar supone una especie de ayudarse a sí misma. En contraposición, para Mia, ayudar supone hacer un acto desinteresado.
Ambas mujeres convergen en un duelo de identidades, de madres y de protectoras, aunque ambas tienen un egoísmo que les impide encontrar un equilibrio.
Las actuaciones de Witherspoon y Washington son sobresalientes, emotivas, creíbles y desgarradoras, como observar un diario íntimo de una mujer.
Reese Witherspoon tiene su mejor papel y su mejor actuación de su vida. No sería raro verla recibiendo el Globo de Oro el próximo año.
Kerry Washington hace una muestra de talento como una mujer atormentada, perseguida por sus elecciones (algunas dolorosas) del pasado.
Ambas están en su propio juego de poder, sin desarrollar empatía, solo con un propósito. Es ahí donde cada personaje muestra un rostro doloroso y un pasado que sigue presente.
Joshua Jackson interpreta a Bill, un esposo paciente y un padre comprensivo que actúa como un agente para sofocar el fuego interno de Elena.
Al otro lado del escenario está Pearl, quien parece equilibrar los arrebatos de Mia y controlar también ese incendio que quiere arder dentro de ella.
También los hijos adolescentes de Elena y la hija de Mia viven su propio incendio personal, que funciona como combustible para expandir el fuego del que ya nadie intenta huir, sino que se arrojan a la hoguera.
Tanto la precisión narrativa, la estructura, la ambientación y los detalles que conforman “Little Fires Everywhere” están hechos para ofrecer una atmósfera completa.
Destaca también la música original compuesta por Mark Isham e Isabella Summers, así como las canciones de fondo de Velvet Underground, Lauren Ruth Ward, Ruby Amanfu y Bellsaint.
Ahora nos preguntamos:
¿Quién inició el incendio? ¿Quién le dio origen al fuego?
¿Puede quemarse el fuego?
Los flashbacks muestran a Elena como una joven mujer idealista y perfeccionista que quiere ser periodista en el New York Times. Anna Sophia Robb interpreta el papel y imita los gestos, ademanes y voz de manera excelente, al igual que lo hace Reese Witherspoon.
Es una interpretación brutal y casi perfecta. Sin embargo, el trabajo de Tiffany Boone como una joven Mia Warren no es tan bueno, solo podemos identificarla por el contexto.
El fuego se usa como metáfora recurrente y simbólica de “perderlo todo para ganarlo todo”, como dice Bachelard en su psicoanálisis del fuego.
La lección del fuego es:
Después de haber logrado todo por la destreza, por el amor o por la violencia, es necesario que lo cedas todo, que te anules.
“Contemplation de la Mort” de D’Annunzio.
Una de las principales lecciones que deja “Little Fires Everywhere” es que para ser alguien, hay que dejarlo todo. Porque incluso una mujer exitosa puede sentirse vacía. Por otro lado, se puede estar completo a pesar de las carencias y en la maternidad, todo tiene un sentido altruista.
“Little Fires Everywhere” es una opción valiente, honesta y con una trama que disecciona la maternidad a través del pasado y del presente. Puede parecer que la serie tarda en arrancar o que la trama no es lo suficientemente atractiva, pero tiene su encanto y, sin duda, es una de las mejores series del año.
