La serie “Dickinson” de la plataforma Apple TV+ es una producción que intenta mostrar la juventud de Emily Dickinson, un ícono estadounidense de la poesía.
Esta producción nos presenta una historia de rebeldía y controversia, que bien podría ser un manifiesto feminista del siglo XXI.
La experiencia visual al ver la serie es sorprendente, ya que la misma está llena de fugaces proyecciones de retratos, delineados, luminosos, cálidos e imágenes naturales. Cada uno de los elementos visuales utilizados en la serie contribuye a crear una atmósfera única y envolvente que atrapa al espectador.
Aunque la serie está ambientada en Massachussets de 1846 parece más contemporánea.
Hailee Steinfield es la actriz encargada de encarnar a Emily Dickinson en esta producción. La actriz es conocida por sus papeles en películas como “The Edge of Seventeens”, “Bumblee Bee” o “Pitch Perfect 2”. En esta serie, Steinfield se enfoca en dar vida a una personalidad rebelde, de confrontación y en búsqueda de la libertad de la mujer en el siglo XIX.
A través de su personaje, Steinfield nos muestra a una Emily Dickinson joven y apasionada, que desafía los estereotipos de su época. La serie nos presenta a una Emily que busca la verdad y la justicia en un mundo donde las mujeres eran vistas como seres inferiores y sin capacidad para pensar por sí mismas.
Algunas subtramas tratan sutilmente temas sobre la igualdad, la misoginia, la excentricidad, la liberación femenina o el despertar de la sexualidad.
La poeta lírica más memorable de Estados Unidos había vivido y muerto en el anonimato.
George Frisbee Wicher, biógrafo de Emily Dickinson.
Emily rebelde, confronta a su familia y la sociedad ya que su irreverencia resulta fascinante y prohibitiva.
Enfocada a la familia, a los hombres y su acceso a todo lo conocido, reduciendo el papel de la mujer al hogar sin mayores pretensiones.
Al menos así es en la serie.
Biopic de colores pastel
Sin recurrir a los datos históricos exactos, “Dickinson” es una serie complicada que refleja una personalidad tendente hacia lo extravagante y la irreverencia. Se trata de una actitud pendenciera y liberal que no encaja en el tradicional estilo de vida rural de aquella época.
A pesar de los intentos por manejar el drama de época, se percibe que la serie es atemporal y fuera de tono. A veces resulta simplista, tonta, superficial o demasiado adornada por lo surrealista.
Más que una precisión biográfica sobre la probable vida personal de Emily, con esta serie se ha construido una ficción adolescente con ironía e irreverencia.
Hailee Steinfeld interpreta su mejor papel, mostrándose más natural, lo que resulta sorprendente en este personaje.
Sin embargo, la narrativa de la serie se decanta por una trama irregular y superficial, volviéndose tonta y predecible. La personalidad rebelde y caprichosa de Emily Dickinson es desaprovechada y banalizada.
La actitud caricaturizada de Emily Dickinson y la música contemporánea parecen contraponerse al ambiente rural del siglo XIX. La serie parece más un manifiesto feminista que una biografía.
A pesar de conceder a Emily la ruptura social y familiar necesaria para desapegarse de las tradiciones y roles sociales, no logra capturar la esencia de la poeta.
Aunque Hailee Steinfeld aporta un carisma natural, el guion no es suficientemente potente como para encantar, fascinar o maravillar al espectador. “Dickinson” es más una aproximación a la biografía con algo de ficción, que una representación fiel de la vida de la poeta estadounidense.
Dickinson para todos
“Dickinson” es probablemente una aproximación de Apple TV+ para ofrecer un contenido diverso, adaptándose al público y a los tiempos. Sin embargo, ni siquiera la lectura aleatoria de las poesías de Emily Dickinson durante los capítulos logra emocionar lo suficiente al espectador. La premisa interesante de la serie se vuelve predecible y pierde su fascinación rápidamente.
No es que “Dickinson” sea una mala serie, pero comete errores que precipitan su caída. A menudo cae en lugares comunes y resuelve los conflictos, si es que existen, de manera desesperada. A pesar de su ironía, irreverencia e imperfección, está dirigida a un público juvenil, con personajes ingenuos que descubren el mundo por primera vez.