“Doctor Strange en el Multiverso de la Locura” trae de vuelta al Dr. Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) para intentar reparar los multiversos que han sido invadidos por los deambulantes.
Para lograrlo, deberá luchar contra Wanda y salvar a América Chávez, como el personaje detonante en esta pugna. Pero no se acerca al logro hecho en “Spider-Man: No Way Home” (2021) o a la excepcional “Spider-Man: Into the Spider-Verse” (2018). Es apenas discreta pero terrorífica, acercándose más a la serie de cómics de Zombies de Marvel que a una cinta veraniega. ¿Vale la pena? Te lo explicamos todo.
Sam Raimi es el encargado de traer de vuelta un intrigante universo de terror, y no es la primera vez que se encarga de llevar a cabo una adaptación. Ya lo había hecho en “Spider-Man 2” con Tobey Maguire y “Evil Dead 2”.
Pero parece autosabotearse en un producto que está elaborado por Raimi, pero supervisado profundamente por un censor que le resta toda capacidad creativa y libertad.
Destaca un aspecto visual sorprendente, bien diseñado y glorificante. Pero más allá de eso, es predecible, poco ingenioso y carece de gracia, pudiendo explorar mucho más la profundidad moral y psicológica del personaje principal, como gran eje rector de la ética.
El principal problema de la cinta es que tanto Raimi queriendo complacer a sus fanáticos, como por el otro lado, Marvel queriendo mostrar un poco (apenas mínimamente) que puede ofrecer una película más madura, llevan a extremos que, en vez de beneficiar, terminan perjudicando una película que prometía mucho pero que se queda en una simple promesa.
La premisa era potencialmente atractiva. Valía la pena haber arriesgado un poco más, esforzarse no en ser un producto satisfactorio, sino en ser un producto intrépido, alejado del molde de un guion digerible. Si tan solo Disney no fuera tan cobarde y ofreciera creatividad, como hace muchas décadas no ofrece.
Con Sam Raimi a la dirección, habría posibilidades ilimitadas para lograr un estallido creativo en plano tras plano. Aunque tiene elementos visuales bastante interesantes, la historia no lo es tanto y, fuera del contexto del multiverso, el cual no está ampliamente explorado, carece de genialidad y atención.
Los personajes, más bien, se muestran planos y sin un arco dramático, más allá de ciertas complejidades como el dolor de Wanda y el amor de Strange por Christine (Rachel McAdams). Pero ninguno de ellos está lo suficientemente elaborado para que tenga impacto o importe en la trama.
“Doctor Strange en el Multiverso de la Locura” carece, precisamente, de esa locura y esa magia del hechicero más popular de Marvel. Para mí, ha terminado la magia, al menos que su siguiente cinta realmente tenga una relevancia y calidad que resalte un guion antes que los efectos, de los cuales no hay queja.
Y si bien el MCU no se ha caracterizado por enfocarse en la profundidad de sus historias o sus personajes, con algunas excepciones, en esta cinta la superficialidad es más evidente, mostrando ese lado menos dramático y lidiando con un guion temeroso.
“Doctor Strange en el Multiverso de la Locura” ha dejado una idea perderse en un guion sin energía, con buenos efectos visuales que no terminan por satisfacer el transcurso de una historia potente y apasionada. Por el contrario, Marvel nos vuelve a traer una historia moldeada que termina decepcionando.