El Viaje es una experiencia que invita a reflexionar sobre los caminos que elegimos y las decisiones que transforman nuestra vida.
Recientemente mi querida Lucy (saludos, Lu), me ha recomendado una película que me ha gustado de una manera tan fuerte, que me he decidido por inaugurar esta sección de Cine Lookingbackero. Evitaré divagar demasiado.

El Viaje: una historia de búsqueda y transformación
El Viaje nos recuerda que, en ocasiones, es necesario dejarlo todo para reencontrar nuestro propio rumbo. Esta película argentina de 1992, escrita, producida y dirigida por Fernando Solanas, se mueve entre el drama, la road movie y la crítica social, ofreciendo una narrativa intensa y cargada de simbolismo.
Su trama sigue a Martín, un adolescente de 17 años que vive en el extremo sur de Argentina. La difícil relación con su padrastro y un noviazgo fallido lo llevan a tomar una decisión radical: salir de casa sin avisar en busca de su padre, un antropólogo ausente que lo abandonó años atrás. En este viaje lleno de obstáculos y aprendizajes, su única compañía es la bicicleta que lo acompaña en medio del frío, el hambre y los robos.
Un reparto inolvidable
La película es protagonizada por Walter Quiroz y cuenta con un reparto notable en el que figuran Dominique Sanda, Franklin Caicedo, Ricardo Bartis, Carlos Carella, Justo Martínez, Chiquinho Brandao, Soledad Alfaro, Marc Bernan, Ángela Correa, Cristina Becerra, Cristina Banegas y un joven de larga melena llamado Fito Páez.
Entre los personajes más entrañables se encuentra Américo, un chofer pintoresco que brinda momentos memorables. Sin embargo, la trama también resalta la figura del Dr. Rana, un personaje corrupto que encarna una crítica social que, aunque ubicada en los años 90, sigue resonando en la actualidad latinoamericana.
El Viaje como crítica social
Más allá de la odisea personal de Martín, la película plantea una mirada hacia los problemas estructurales de América Latina: la corrupción, la desigualdad y la falta de oportunidades. Esta combinación entre lo personal y lo político es lo que le otorga a El Viaje un carácter atemporal.
La cinta refleja cómo el camino recorrido por Martín no es únicamente geográfico, sino también interior. Cada encuentro y cada obstáculo se convierten en una metáfora de los retos que enfrentan los jóvenes al tratar de encontrar su lugar en un mundo adverso.
Reconocimientos y legado
Aunque El Viaje no alcanzó grandes premios internacionales, sí logró dejar huella en la crítica y en quienes la han visto. Obtuvo una mención honorífica en el Festival de Cannes en 1992 y fue reconocida con el premio a Mejor Fotografía en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana ese mismo año.
Más allá de los galardones, la película permanece como una obra de culto dentro del cine latinoamericano, recordándonos que el verdadero valor de una historia no siempre se mide en trofeos, sino en la capacidad de conmover, cuestionar y permanecer en la memoria.
En un mundo saturado de grandes producciones, El Viaje representa ese tipo de cine que, aunque menos conocido, es capaz de dejar huellas profundas. Es un recordatorio de que siempre existen joyas escondidas que esperan ser redescubiertas por nuevas generaciones.
La película El Viaje nos invita a mirar hacia dentro y preguntarnos si, en algún punto de nuestra vida, también necesitamos emprender nuestro propio viaje.
Si quieres hacerte unas palomitas y disfrutar de esta película, aquí te la dejo para que le eches un ojo.