Probablemente una de las mejores películas de Clint Eastwood, debe estar entre las 100 mejores películas y es una de las que debes ver en algún momento de tu vida.
“Million Dollar Baby” es una película dirigida por el multipremiado Clint Eastwood, con un guion de Paul Haggis y basada en la novela de F.X. Toole. Fue estrenada en el año 2004.
Ganadora del Oscar a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actriz Principal, Mejor Actor de Reparto y de 18 premios más, incluidos Globos de Oro, Satellite Awards, Premios César, entre otros.
La historia de “Million Dollar Baby” va más allá de centrarse en personajes; se enfoca en emociones, en aforismos y en la dualidad de la vida y la muerte. Porque, como Frankie Dunn, el personaje de Clint Eastwood, dice durante su confesión moral: “Pero ahora ella quiere morir y yo quiero tenerla conmigo. Y le juro por Dios, si la mato, cometo un pecado y si la dejo viva, es como si la matara”.
Desde que conocemos a Frankie, sabemos que enfrenta una carga emocional y una culpa que quiere redimir, siendo un hombre solitario y dedicado a la iglesia, donde se ha refugiado los últimos años de su vida.
Frankie Dunn carga una culpa que parecía expiar con el entrenamiento de Maggie Fitzgerald (Hillary Swank). Sin embargo, cuando su culpa parece redimirse, surge una nueva carga: la de no encontrar su lugar en el mundo. Porque su mundo era el boxeo, y Maggie, quien estaba a su cargo como entrenadora, figura paterna y la influencia más importante en su mundo.
¿Cómo vivir con las decisiones?
“Million Dollar Baby” se trata de decisiones. ¿Cómo afrontamos las decisiones que tomamos si esas decisiones nos destruyen con sus consecuencias? No podemos cambiarlas. La película muestra la lucha constante por cumplir un sueño y cómo, a veces, esa lucha es realmente contra la muerte.
El estilo jovial e intempestivo de Maggie trastoca a todos: almas amargadas, hombres de experiencia y con corazones reservados. Este estilo se contrapone a todo lo que representa Frankie Dunn, como en otras cintas dirigidas por Eastwood, como Gran Torino, Los Imperdonables y Un Mundo Perfecto, donde existe una confrontación entre universos morales distintos. Maggie representa la lucha, el ideal y el sueño americano; Frankie, en cambio, es el redentor, el maestro sabio, de una moralidad inquebrantable pero con una fragilidad que surge por la conexión emocional entre esos dos universos concentrados en dos personajes únicos.
Ambos, en su propio simbolismo y vulnerados por una herida interior, se encuentran para sanarse mutuamente. Mientras Maggie es sanada físicamente, Frankie encuentra la sanación a través de la espiritualidad al cuestionar su moralidad. Dentro de él anida una intensa búsqueda de lo correcto, a través de su religión, en la que busca la justicia que no encuentra en esta vida.
Cuando ve a Maggie en cama, se pregunta ante Dios: “¿Qué debe hacer? ¿Dejarla vivir o permitirle morir?” Pero es algo que no concuerda con sus valores ante la vida. Me pregunto, ¿aunque eso signifique quitarle el sentido a la vida?
Es ahí donde “Million Dollar Baby” nos arroja al abismo de nuestro heroísmo personal, cuestiona nuestra moral, nos arrebata, porque en las mismas circunstancias, ¿somos nosotros los que decidimos por nuestra concepción de moralidad, o es la otra persona quien define al pedirnos la muerte?
Mo Cuishle
“Million Dollar Baby” nos emociona al escuchar dos palabras en gaélico: Mo Cuishle. Este es el mote que se le da a Maggie y, por su estilo de pelea, la convierte en la peleadora del momento, coreando su apodo durante todas las peleas.
El desgarrador momento llega cuando Frankie revela su significado y, después de haber roto sus propios criterios —primero al aceptar entrenar a una mujer, luego al debatir su moralidad y enfrentar sus conflictos familiares—, se encuentra contrariado por los problemas familiares de Maggie, quien ya no considera a su propia familia como tal. Más bien, es Frankie su verdadera familia, a quien respeta y a quien le pide acabar con su vida después de un emotivo discurso sobre lo que significa vivir para ella. Por último, Frankie enfrenta una confrontación interna entre su deseo de defender la vida y el anhelo humano de decidir por sí mismo.
Cuando Frankie se aleja de la habitación donde yace Maggie, hay un silencio, un abandono interno y externo, y finalmente un vacío que ya no se recompone. A la vez, es el simbolismo en el que Frankie también se despide de la película y de la vida. Aunque explícitamente no se especifica lo que ocurre con él, no queda duda de que también prefiere no continuar con su vida, porque, como Maggie le dijo:
-Tengo que pedirte un favor.
-¿Recuerdas lo que papa hizo por Axel?
-Ni se te ocurra pensar en eso
-No quiero vivir así. No después de lo que hice, ya vi mundos, las personas coreaban mi nombre, bueno ese maldito apodo que me diste, pero estaban coreandome, salí en revistas, ¿crees que si eso pasaría? Nací pensando 2 kilos. Papá me decía que peleé para estar en el mundo y ahora peleo para salir.
No hay forma más dulce y triste de despedirte con esta frase: Mo Cuishle, que significa “Pulso de mi corazón”, porque es más doloroso cuando sabes que esa despedida incluso será lo más hermoso que harás por alguien a quien quieres en vida, pero que ya no quiere esa vida.
“Million Dollar Baby” es una de las películas más hermosas y desgarradoras, más intensas, brillantes, emotivas e inteligentes, pero también es extremadamente injusta. Esa es una forma poética de representar la vida en una prosa tan ruda y violenta, como una hermosa epopeya griega del héroe en busca de su destino, que al final solo encuentra la muerte y el olvido.