Calificación: 6/10
El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo es la más reciente cinta de la trilogía que inició en 2013 con James Wan como director. Basadas en los casos sobrenaturales de los Warren y con un estilo tétrico, intrigante y asfixiante. Se lanzó este 2021 la tercera parte de la saga donde nos muestra un drama criminal con tintes sobrenaturales.
Desde el 2013 con la llegada de “El Conjuro” a las salas de cine, rápidamente, la cinta alcanzó gran popularidad mostrando el aterrador caso sobrenatural de los objetos embrujados y la muñeca Anabel, que también tuvo su propia historia y sus tres películas.
Fue el estilo de cine desconcertante y aterrador que parecía devolverle la grandeza al cine de terror, a la par de varios realizadores jóvenes que encontraron su propio estilo más centrado en el suspenso y lo sobrenatural.
¡ES UN DRAMA CON POCO TERROR!
El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo se acerca más a un drama criminal. Similar a un episodio de La ley y el Orden con tintes sobrenaturales como de X-Files pero sin la sátira y mucho menos la inteligencia de estos.
El director Michael Chaves intenta contar una historia de posesión y crímenes relacionados con brujería. Con una especie de thriller criminal enfocándose en seguir la pista de varios asesinatos, mientras paralelamente ocurren hechos paranormales.
El tono de El Conjuro 3 es mucho menos oscuro. Hay elementos macabros, suspensivos y aterradores. Pero nada que te quite el aliento, alejándose demasiado de las entregas anteriores. Por lo menos James Wan en El Conjuro y El Conjuro 2 lograba crear atmósferas y un universo inmersivo en el horror sobrenatural.
Puedes además leer la noticia de Lorraine Warren aquí.
Es principalmente lo que falla el director Michael Chaves con apenas una cinta más en su trayectoria The Curse of la Llorona. No logra atrapar al espectador con atmósferas asfixiantes, personajes aterradores y un horror místico poderoso.
Aquí se siente un terror superficial, lleno de sustos baratos y una intriga que se esfuerza más por encontrar conexiones entre diversos asesinatos. Y una planeada defensa contra un acusado de homicidio Arne (Ruairi o’Connor). Quien en 1981 alegará posesión demoniaca y quien apuñaló 22 veces a Bruno (Ronnie Gene). Un caso real en Estados Unidos. Que por esforzarse en el terror paranormal de manera diligente como lo hicieran en las dos cintas anteriores.
EL DIABLO ME OBLIGÓ A VERLA.
Al final la historia se desenvuelve de manera poco exigente, poco original y los giros de la trama parecen risibles y mucho menos creíbles. Lo que le resta seriedad a la película. La historia que conmocionó a todo un pueblo, quedaría muy relegada por el director.
La narrativa de El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo se siente dispersa. Sin un horror focalizado, en el que se pierde su esencia al no encontrar un lugar maldito que funciona como desencadenante. Más bien es un thriller hacia lugares comunes y visiones de Lorraine Warren (Vera Farmiga) para descubrir y resolver crímenes relacionados con su caso de posesión en compañía de Ed Warren (Patrick Wilson).
Necesitas demasiada paciencia y no esperar una película de terror. Por otra parte encontrarás elementos para un drama criminal y un rompecabezas bastante simple y para nada sorprendente. Sobresale el trabajo de fotografía de Michael Burgess.
La historia es bastante interesante pero mal ejecutada que no logra acercarse a la premisa inicial, pues constantemente los protagonistas se debaten en un montón de pistas difusas y obvias. Como drama criminal es bastante irregular y como película de terror es bastante ligera. En ningún caso llega a ser contundente.
El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo es una película irregular y floja, comparada con sus películas antecesoras, por sí sola, es una película entretenida por momentos pero muy aburrida por otros momentos.
Un clímax bastante absurdo y un final bastante incoherente. La dicotomía entre el bien y mal se ve reflejado de una forma con varias vertientes, entre un poder maligno y sobrenatural pero también originario por un ser terrenal, por lo que la fuerza maligna a la que se enfrentan en esta ocasión carece de poder diabólico y amenazante.