El Ford Escort es uno de esos modelos que puede describir una época y marcar una generación.
En la década de los noventa, cuando Ford y Mazda trabajaban de la mano y compartían sus plataformas para desarrollar vehículos, surgió un nuevo sedán.
El Escort, que llegaba como un reemplazo del mítico Topaz, continuaba con la misma línea: un auto accesible, eficiente, de bajo perfil, pero atractivo. Justo lo que la gente necesitaba para el uso diario.
El nombre lo retomó de un popular auto europeo ganador del Campeonato Mundial de Rally de los años setenta.
Escort en América
El Escort llegaría al continente americano en 1981, un año después de su lanzamiento en el viejo continente.
La producción comenzó en Estados Unidos, Brasil y México, cada una para cubrir su propio mercado.
La apariencia del Escort americano era muy diferente al modelo europeo. Si bien usaban la misma plataforma y algunas líneas semejantes, el europeo se veía muy superior.
La mayor diferencia estaba en los motores, pues mientras el modelo europeo lograba producir hasta 150 caballos de potencia, el americano no llegaba ni a los 120.
Una amarga despedida
A pesar de que, en sus años de existencia, México lo mantuvo con buenas ventas, poco a poco fue perdiendo clientes, en gran medida por la gran oferta de autos que existía en la segunda mitad de los noventa.
En 1997 la tercera y última generación de Escort fue lanzada con un nuevo motor de 2.0 litros y 110 caballos de potencia.
En 1999 apareció un nuevo motor que podía generar hasta 130 caballos.
Estos dos lanzamientos mejoraron las ventas notablemente, pero no por mucho tiempo, pues Honda y Dodge lanzaban el Civic Si y el Neon ACR, respectivamente.
Ambos autos eran accesibles y más rápidos que el Escort.
Ford lanzó la versión Zx2 para responder a sus competidores. Un auto capaz de generar 145 caballos de potencia y alcanzar fácilmente 240 kilómetros por hora.
El Escort se mantenía con buenas ventas y dando una digna pelea a sus competidores, pero Ford tenía otros planes.
El lanamiento global del Ford Focus terminó con la carrera de Escort. Poco a poco el Escort fue desapareciendo de las agencias hasta su extinción en 2003.
México recibió el último Escort producido en todo el mundo, terminando así la vida de un coche noventero que supo ganarse un lugar en la historia.