En el catolicismo se habla de la veneración de los santos (que data de antiguos documentos de la literatura cristiana), la iglesia al canonizarlos -ponerlos como modelo- da testimonio que estas personas ejecutaron las virtudes de un modo heroico, puesto que han transitado el modelo de santidad de Jesucristo.
Hay alrededor de diez mil santos canonizados oficialmente por la iglesia, los cuales tuvieron que pasar por cuatro etapas: Ser un siervo de Dios, ser venerable (tanto en la primera como en la segunda se debe comprobar una vida virtuosa y cristiana ejemplar), ser beato o bienaventurado (aquí es indispensable un milagro en el cual se debe atestiguar que va más allá de la ciencia) y ser santo (donde haya ocurrido un segundo milagro después de la beatificación).
Hace unas semanas fue noticia la beatificación de Carlo Acutis en Asís, el que han llamado el Santo patrono de internet, ya que a su manera usaba esta red para evangelizar.
El Papa Francisco destaca que este adolescente beato, no cayó en la trampa del adormecimiento y atontamiento que suele ofrecer el consumismo.
Este santo millennial -como le dicen los medios- supo tocar profundamente el alma de las personas a quien ayudó, el día de su funeral muchas de ellas asistieron a presentar sus respetos.
El milagro que le daría el título de beato sucedió el 12 de octubre de 2010 en la capilla de Nuestra Señora Aparecida de Campo Grande -Brasil- cuando un niño de seis años que padecía de páncreas anular al besar la reliquia de Carlo dejaría de vomitar y posteriormente unas pruebas médicas demostrarían que estaba curado.
El centro de esta noticia no es su cuerpo incorrupto -que ya fue aclarado por Monseñor Sorentino y explica cuál fue la técnica de conservación en integración-, sino su labor en la tierra. Más allá de nuestras creencias, hay que aprender a admirar a quien se despoja de un poco de sí para entregarle algo de alivio a los demás, ese que se convierte en líder para hacer de este mundo algo mejor.
Como dijo Carlo Acutis: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”.
En lo personal, no quiero ser fotocopia.