A más de 10 años del último álbum de la banda Aurora y la Academia, sigue siendo un referente icónico en la música en español.
1990, una década que se caracterizó por la preeminencia de grupos con influencias de los ochenta, toques electrónicos y fusión de latinoamérica, a través de bandas provenientes de la península Ibérica, Sudamérica y excepcionalmente el centro de México.
Así fue como se inauguró el llamado “Rock en tu idioma”, trayendo consigo una generación rebelde musicalmente, al menos en nuestro país, porque aquella revuelta de bandas surgieron desde la década de los 60 y 70 en Reino Unido y Estados Unidos, influyendo entonces generaciones jóvenes que repercutirían en su música posteriormente en el final de la década de los ochenta y principios de los noventa, con las influencias obtenidas del boom Británico, como el BritPop, electrónica y géneros como el post punk que vieron emerger en las nuevas bandas del inicio de la década de los noventa.
El rock, exclusivo para hombres
Pero este predominio de bandas en el rock, como explica Julian Schaap y Pauwke Berkers en el Journal of the International Association for the Study of Popular Music (2014), se consideraba exclusiva para hombres, aunque a finales de los ochenta y principios de los noventa surgieron bandas como Aterciopelados de Colombia; Santa Sabina en México con Rita Guerrero (Q.E.P.D); Christina y los subterráneos de España; La Torre en Argentina; en la escena del metal, Duan Marie voz principal de la banda Gótica mexicana Anabantha, quienes ya incluían en sus agrupaciones a vocalistas mujeres.
Julian Schaap y Pauwke Berkers explican también que “una de las razones por las que raramente hay bandas mixtas de género es que las bandas operan como unidades en las que la solidaridad homosocial juega un papel crucial”, predominando el rol de los hombres como instrumentistas, compositores, arreglistas, letristas, eje central de la banda, excluyendo a las mujeres a intérpretes con buena voz en bandas de rock erigida mayormente por hombres.
En el contexto social y cultural que predominaba en la escena musical dentro del rock, era común que las mujeres se desempeñaran cantando porque era un rol aceptado, pero inaceptable que alguna mujer decidiera tocar un instrumento, Mike Brake lo asociaba a la masculinidad e iconografía de la cultura, según un estudio denominado ”Heavy Metal Culture, Masculinity and Iconography”.
Las mujeres levantan la voz
Aunque las mujeres comenzaron a tomar un papel crucial como vocalistas dentro de las diversas bandas que se expandían mostrando una nueva apertura dentro de la música, y no se trata de una exclusividad masculina o femenina; se trata sobre diversidad. Como afirma Smith-Russell organizadora del Rebellion Festival en Reino Unido el más grande espectáculo de punk.
Mientras que en Los Ángeles bandas como The Go-Go’s y The Bangels, ya se integraban completamente por mujeres, alcanzando el éxito, a su vez abrieron paso a otras como Hole, Babes In Toyland, Super Heroines, The Lovedolls y L7, fue hasta 1996 que en México surgió la primera banda integrada solo por mujeres.
Discografía
El debut
Aurora y la Academia. En 1997 Aurora Cano (Voz y guitarra), Leonor Hernández (guitarra eléctrica) y linda Cruz (bajo), firmaron con el sello Universal Music México y editaron su primer disco al que nombraron “Horas” y del que se desprendió su primer sencillo del mismo nombre.
A pesar de que la escena musical del rock estaba en auge, particularmente, por ese antecedente inmediato de las bandas con predominante género masculino, Aurora y la Academia significó la ruptura al sistema, una anarquía en el escenario y la musicalización de la emoción, abriendo el espacio para futuras bandas de mujeres.
La carrera artística de Aurora y la Academia emergió a partir de su primer sencillo titulado “Horas”, convirtiéndose en todo un himno de la banda, característico del movimiento del llamado rock en tu idioma y que además, ese sencillo les reconoció su talento, siendo consideradas como precursoras dentro del rock femenino, logrando así, no solo la aprobación del público, sino de la crítica que empezó a voltear a ver a este trío de mujeres que hacían música sinceramente y sin demasiado adornos.
Con 13 canciones de su primer álbum la banda que lideraba Aurora Cano logró concentrarse en un sonido maduro, sofisticado y con efecto dócil.
Desde el nítido pop rock, las atmósferas de lo acústico y lo electrónico, supieron hacerle ver a la escena que su éxito con “Horas” no fue una cuestión de suerte, pues alcanzaron otros éxitos con “Esperarte espero”, “Estando” y el cóver de José Luis Perales que también interpretó Jeanette ”Porque te vas”.
Aunque no se considera un disco conceptual hay un tema recurrente en todas las canciones, un halo de ausencia, desamor y esperanza, por lo que se puede considerar que “Horas” es un homenaje a la ausencia y la persistencia, como en el cuadro de Salvador Dalí “La persistencia de la memoria” siempre con el tiempo como tema central, confabulándose con la ansiedad, la ausencia, el paso del tiempo, el miedo, el erotismo desde una perspectiva femenina.
Indispensables: “Horas”, “Esperarte espero”, “Caemos”, “Porque te vas”, “Agudo Alfiler”.
“La Inmovilidad”
Hasta el año 2001. Aurora y la Academia edita “La Inmovilidad”, su segundo álbum de estudio con 13 canciones bajo la discográfica de Opción Sónica, un sello independiente. Regresando con un sonido más potente y crudo, pero con los temas característicos desde su debut. Desde la tristeza, la soledad, la ausencia, el tiempo, las relaciones, el desamor, la depresión, el amor y el dolor.
Formado por un sonido más electrónico y líricas mucho más poéticas. Se nota una mayor apertura creativa e influencias en los nuevos ritmos surgidos a principios de siglo XXI, el disco menos comercial de la banda, el más íntimo y personal. Lástima que actualmente esté descatalogado ya que resulta un disco sumamente armónico y exquisito para repetir una y otra vez. Llegando a ser el que se acerca más a la esencia de lo que es Aurora y la Academia.
Indispensables: “Malos Hábitos”, “La Inmovilidad”, “Jamás”, “Iba ida (Perdida)”, “La Contestación”.
“Efecto Chocolate”
Años de ausencia, más tarde en el 2009, editaron su tercer y último álbum de estudio llamado “Efecto Chocolate”, publicado el 12 de octubre de ese año bajo el sello de Sony Music Entertainment México S.A de C.V. Con 11 canciones alejándose de lo electrónico y se centran en un sonido más “cuerdoso”, como lo denomina la propia Aurora, que al respecto comentó sobre este disco “no experimentamos con instrumentos alternativos, sonidos extraños o de teclados, fuimos a las cuerdas, hay más guitarra, mandolina, sonidos más reales, no tanto sampleo de voces, le apostamos al acústico en vivo”.
Se desprende su primer sencillo titulado “Me Voy a Levantar”, sin dejar a un lado la buena calidad del disco, se percibe una esencia más fuerte de Aurora y la Academia. Ya que los cambios en sus composiciones que convirtieron a la bella poesía de “Horas” o “La Inmovilidad” en una prosa más certera y directa en “Efecto Chocolate”, lo que hizo que cada canción pudiera convertirse en un sencillo y en cada letra una declaración.
“Efecto Chocolate” se enfoca, según Aurora, en temas sobre el amor en todos sus estados, desde el enamoramiento hasta la decepción.
Es un disco, dice, más enfocado a la experiencia amorosa, siempre ha habido cierta ironía y humor dentro de nuestras canciones.
Creo que este disco es el más descarnado que hemos hecho y de alguna manera abarca desde la ilusión, el nervio o el enamorarse de la persona equivocada, hasta cuando si funciona.
Es decir, abarca todos los estados por los que pasa una relación hasta obviamente la decepción y el adiós, temas que habían sido tratados en los discos anteriores, pero dejando a un lado el toque electrónico, mostrando una sensatez musical, que refleja su música directa y certera, de alguna manera intencional, ya que el disco pretende reflejar el manejo natural de los temas que se abordan, enfocándose así, en una intimidad musical que lleve al oyente por un recorrido de emociones vivas, tal cual, como se grabó el disco completamente acústico.
Indispensables: “Sola”, “Este Amor”, “Me Voy a Levantar”, “Rarita”, “Deseo”.
A su regreso con “Efecto Chocolate”, en una entrevista para el diario El Informador, Aurora Cano, vocalista de la banda, dijo:
“Creo que otra de las cosas que cambió en estos años, desde que empezamos a la fecha, es que ya no es tan importante, sobre todo para el público, si eres chava o no; cuando empezamos a tocar sí había una especie de shock, todos querían ver si en verdad tocábamos, se acercaban a Leonora para observarla”.
Aunque al principio el camino fue difícil, ya que entrar en el ambiente musical como compositoras, sin tener que sacrificar su visión, pero se enfrentaron ante una escena musical con predominio masculino.
Dice Leonor:
“Nunca pensamos que fuera a generar algún un tipo de bronca. Aurora, Linda y yo agarramos la guitarra desde chavitas por gusto y no porque quisiéramos ser hombres, de hecho al principio algunas mujeres asumían una actitud muy varonil en el escenario”.
Según su visión para expresarse a través de la música, les restan importancia al género, están convencidas de la esencia de su banda, al hacer música, pero reconocen que parte de su arrojo al reunirse para componer música siendo solo mujeres, lograron revitalizar la escena, abrir camino a otras bandas y solistas femeninas que en su momento había significado un arte menor.
A más de 10 años del último álbum de Aurora y la Academia, sigue siendo un referente icónico en la música en español, no solamente por su talento, sino por su valentía de romper los paradigmas de género y expandir el rock gracias a su importante trascendencia musical desde los primeros acordes de su álbum debut, “Horas”.