La cultura Wayúu es el pueblo indígena más numeroso que constituye una parte importante de la historia e identidad de Colombia y habita en la península de la Guajira.
En esta cultura, los roles de los hombres y las mujeres están definidos: “La mujer se encuentra asociada a la tierra, como protectora y creadora de vida, y los hombres, representan a Juyá, el padre lluvia, por lo cual desde pequeños los orientamos hacia lo que serán desde nuestra cultura más adelante”.
Las creencias, la cosmovisión y los sueños es significativo y respetado para los wayúu, pues a través de los sueños hay una relación del más allá con el más acá, son un puente de comunicación.
La figura de ‘El Palabrero’ (pütchipü’üi), tiene bastante peso para esta etnia, pues son personas que intervienen en los conflictos que hay entre los clanes, su figura es similar a la de un diplomático, son muy respetados porque se destacan por sus virtudes en el plano ético y moral, pues, “su sistema normativo comprende un conjunto de principios, procedimientos y ritos que rigen la conducta social y espiritual de la comunidad. Inspirados en principios de reparación y compensación” y precisamente los palabreros son los que tienen la autoridad moral para aplicarlo.
La película colombiana ‘Pájaros de Verano’ toma como base esta cultura para narrar una historia en torno a la tragedia, traición y venganza. Trata de una familia wayúu que vive las consecuencias del choque entre la ambición y el honor (para esta comunidad, el honor lo es todo) y se centra en la bonanza ‘marimbera’ que marcaría al país por décadas. -Esta bonanza se dio en Magdalena, Cesar y Guajira, la mafia gringa modernizó los cultivos y el negocio de marihuana entre los años 1976 a 1985, aprovechando la crisis de los cultivos de algodón de la zona-.
Ciro Guerra y Cristina Gallego, cuentan una historia que estaba en silencio, una realidad olvidada, como el poder y las ansías por el dinero lo corrompe todo, es rememorar a la Colombia que cayó en el abismo, es recordar nuestras raíces que a pesar de todo siguen vivas y fuertes… es no repetir el capítulo negro, cuyas huellas aún pesan.